jueves, 17 de noviembre de 2016

Temor, el siguiente holocausto gay.

El primer paso al exterminio: la desaparición del Primer Experto Independiente sobre Orientación Sexual e Identidad de Género de Naciones Unidas.

El pasado 30 de septiembre, fue nombrado el profesor de leyes tailandés Vitit Muntabhorn; a quien recordamos por ser uno de los principales redactores de los Principios de Yogyakarta, como el primer experto independiente sobre Orientación Sexual e Identidad de Género, designado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Tras fuertes amenazas y hostigamiento por parte de Rusia, así como de sus países satélites (que bien sea dicho de paso son muchos, ya que conglomera a gran parte del bloque Africano y Árabe), a oponerse desde el surgimiento de la figura del Ombudsman global para asuntos LGBTIQ[1], hasta el nombramiento de Muntabhorn; quien cuenta con un perfil no solo como defensor de los derechos humanos a dicha población, sino a su amplia trayectoria en general por ser defensor de los derechos sexuales, así mismo, ha señalado en múltiples ocasiones el distanciamiento que debe de existir entre el Estado y los cultos religiosos, ya que estos afectan de manera importante en el acceso a los derechos humanos de las personas LGBTIQ; el cual había manifestado en los trabajos para la elaboración de dichos Principios, dejando claro que esto limita la libertad de expresión y de religión.
Esta postura se erige como una oposición intelectualmente fuerte ante el pensamiento misógino, machista y homofóbico del grupo de Putín, conformándolo como un serio enemigo a su régimen, lo que llego a desembocar en el peligroso ultimátum del canciller ruso Alexey Borodavkin, representante de la Federación Rusa en Naciones Unidas, quien declaro que para su país no existe tal figura y menos semejante designación, por ello no colaborará nunca bajo ningún motivo con dicha instancia.

Así, es como comienza la escarpada trayectoria de la figura del defensor de los derechos humanos por orientaciones sexual e identidad de género, sumergido en plena campaña de apoyo de Naciones Unidas al matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel mundial, emprendida por el Alto Comisionado de Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein.

Este nombramiento, se dio gracias al esfuerzo del lobby gay, con la mira de apuntalar la empatía al gobierno de Obama, y no ante la posible llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, hablamos de finales de septiembre, para avanzar así en la agenda que se había planteado por dicha administración.

Sin embargo, ante el arribo de Trump y la oleada de ataques de odio realizada por sus simpatizantes y electores; enfocado entre muchos otros a grupos minoritarios, entre ellos a personas de la población LGBTIQ, debido a su discurso incendiario; siendo la primera víctima de ello Chris Ball, un chico gay que al salir de un bar en Santa Mónica, California -sí, este estado de la unión americana que dice quererse independizar tras gane del “susodicho” político- fue brutalmente atacado por seguidores homofóbicos de Trump, quienes le insultaron dentro del lugar donde se encontraba al conocer los resultados de la elección, y que posteriormente le siguieron por la calle, hasta golpearlo dejándolo en un baño de sangre.

Luego entonces en reciente entrevista, Trump dijo que dichos actos deben ser detenidos, y mostro un talante moderado al matrimonio entre personas del mismo sexo, en razón de que había sido juzgado por el supremo, dando a entender que acatará lo que la corte diga; pero existen tres indicadores que advierten un posible escenario muy adverso para los avances de los derechos para la diversidad sexual: el primero: que el vicepresidente Mike Pence sea un homofóbico consumado, quien se ha opuesto al matrimonio igualitario, ha impulsado los tratamientos para “curar” la homosexualidad que él mismo experimento, entre otras cosas; la segunda, el nombramiento del próximo juez para la Corte, quien podría luchar en contra de los matrimonios igualitarios y finalmente, el más perturbador de todos, el “amiguismo” con el presidente ruso Vladimir Putin, quien no solo ha criminalizado cualquier acto homosexual en público, sino que ahora busca criminalizarle al grado que sea delito para ser llevados a los nuevos campos de concentración de su Sistema Penal[2], ya nombrados como los “Gulag de Putín”.

En este mismo sentido, la salida de Rusia de la Corte Penal Internacional que se suscitó el día de ayer (16 de noviembre), ha causado no por menos decir revuelo a nivel internacional, por las graves violaciones a los derechos humanos que Putin ha realizado en su régimen, el caso que detona el inicio para que se dé dicha salida, fue precisamente el caso “Kalashnikov vs Russia,” (Case Application No. 47095\99, 15 July 2002) con respecto a los actos infames que se realizan en estos campos de concentración; sumando a ello la persecución del pueblo bávaro en Crimea, el caso de intervención en Ucrania y los ataques a Siria para terminar con el Estado Islámico. Dentro de estos actos también se encriptan la persecución homofóbica, en un apéndice amplio respecto a las atrocidades que lleva a cabo Rusia a otras poblaciones.

Ante estas amenazantes situaciones, se escucha el nombre de un diplomático quien ha declarado ser abiertamente gay, Richard Grennell, quien es el principal candidato de Donal Trump para ocupar el cargo de embajador de los Estados Unidos en las Naciones Unidas, y quien estaría a cargo de toda la gestión para que el Ombudsman LGBTIQ pueda trabajar y operar, para dar cumplimiento a su mandato.

Sí esto no se lograra y el vicepresidente le bloqueara o peor aún, se sometiera a un “tratamiento o terapia de cura”, el mensaje sería más que claro, y entonces tendríamos que estar articulando un plan “B”, el cual ya deberíamos de estar pensando desde ahora todo el mundo LGBTIQ; el retroceso sería no grave, sino lo que le sigue, por no decir devastador en la lucha contra la homofobia a nivel global, hoy más que nunca es necesario expresar el temor a que el reciente Ombudsman tenga una vida muy corta y efímera.

Por la conquista de todos nuestros derechos

Rodolfo Vitela Melgar.
Ciudadano Libre.




[1] Lésbica, Gay, Bisexual, Trans, Intersex y Queer.
[2] Ponomarev, Lev, REVIVAL OF THE GULAG? PUTIN’S PENITENTIARY SYSTEM, Revista Perspective, Vol. XVIII, Num.1, November-December 2007, https://www.bu.edu/iscip/vol18/ponomarov.html