Con mayor frecuencia hemos sido testiges de como la atención
medica en México se ha precipitado a un abismo que no parece tener fin, ya sea
por políticas neoliberales, o ahora en aras de una “austeridad republicana”,
que contrae la inversión en la salud; hemos pasado de retrasos en los periodos
de atención y surtimiento de medicamentos al del “no hay”, no hay camas, no hay
material quirúrgico, no hay medicamentos, “regrese mañana” o ya de plano
“marque para ver sí ya llego”.
Yo misme he tenido que solicitar por redes sociales de
manera pública el surtimiento de medicamentos para familiares al Seguro Social
(IMSS), lo que no quiere decir que sea la solución al problema, fue la
respuesta inmediata la cual agradezco, la que dio resultado. Pero ¿por qué
razón tenemos que acudir a estas acciones, tan desesperadas?, ¿Quién decide a
quien atender y a quien no?
Otro ejemplo que tengo, fue hace poco más de un mes, me tocó
presenciar cómo se han ido dando altas masivas en cardiología, así una persona
con un bloqueo de rama transitoria, que al no ser permanente no presenta
comportamientos típicos del mismo padecimiento, esta paciente que se ha cuidado
por muchos años, sin presentar una crisis del bloqueo, aun teniéndole, le dan
la alta.
Entonces ¿Por qué se da de alta a alguien sí sigue teniendo un
padecimiento crónico cardiovascular? Nuevamente ¿Quién toma estas decisiones?,
¿bajo qué parámetros o criterios se realizan?, ¿Existe algún principio que lo
valide?
El motivo no es tan fácil de deducir, los costos, la falta
de dinero para invertir en sanar a una persona. Dinero que no hay efectivamente,
porque los servidores públicos y políticos han robado esos recursos, dejando en
crisis permanente el sistema de salud nacional. Porque digo, usted disculpe
pero, si hay responsables en esto, tienen nombre y apellidos, son quienes
giraron órdenes para que esto sucediera, el desfalco es enorme, tanto que
pareciera imposible cubrir, pero sí a esa infamia se le suma la buena intensión
de “austeridad republicana”, esto se convierte en un acto de genocidio puro, no
todos los ámbitos deben de sufrir la austeridad.
Pero regresemos a pensar en los criterios y principios que
rigen actualmente las tomas de decisiones de quienes deben ser atendidas y
quienes no; la selectividad en los pacientes, quienes deben morir y quienes no;
en esta crisis cotidiana en el sector salud, el cual, ha sido el pan nuestro de
cada día, ha sido una práctica constante en los consultorios médicos del sector
salud, toda vez que se ha vivido la falta de recursos por un largo tiempo, la
atención medica en México es un desastre de proporciones inimaginables. Desde
ya más de 4 sexenios se ha vivido este recrudecimiento de la política pública
de atención selectividad, de administración de la muerte, de dosificación del
dolor, bajo la lógica de menor costos, es decir, la persona paciente que más
gastos generen al erario público es la que no tiene derecho a vivir.
Entonces, nos topamos de frente con la bioética, esta que
para la Organización Panamericana de la Salud la define y conceptualiza como
aquella “disciplina que busca aclarar
problemas éticos que surgen en relación a la salud: al hacer investigación con
seres humanos, diseñar o implementar una política de salud, y brindar atención
médica. La bioética no es un código de preceptos sino una actividad de análisis
a la luz de principios y criterios éticos, que guía la práctica en las distintas
áreas de la salud (Salud) ”, al amparo de esta
definición y conceptualización de la bioética, como una actividad de análisis a
la luz de principios y criterios éticos, se encuentra la salvaguarda de la vida
humana.
Los principios y criterios hasta ahora establecidos para
diseñar e implementar la política pública en salud se han basado en criterios
utilitaristas, es decir quien sirve y quien no, para fines de orden económico,
es decir, vale quien produce riqueza para el Estado o para particulares, por
tanto, la ponderación mayor es jerarquizar las vidas de acuerdo a rangos por
edad, sexo, condiciones de nacimiento y sociales.
Entonces, bajo el criterio de quien sirve o no en términos
bioéticos del utilitarismo, genera principios para poder descalificar la vidas
que valen la pena de ser rescatadas, así pues se basan en una segregación por
condiciones de vida: por obesidad, diabetes, hipertensión, senectud,
tabaquismo, drogadicción, alcoholismo, viabilidad utilitaria (personas jóvenes
bajo una situación que demerite su productividad, es decir, que no entre en las
competencias para generar riqueza), o por sí sé es una persona convicta o no.
Todas estas categorizaciones son evidentes cuando los
Estados Nación como México, han buscado culpables y no responsables de estos
padecimientos, implicando y repartiendo la adjudicación de culpabilidad, que se
tiene por enfermarte o no, sin importar la responsabilidad de los gobiernos en
ello, ejemplo más claro, la obesidad.
En los últimos años se ha tenido como el gran enemigo de la
salud pública la obesidad, por el costo que representa en el erario público, desde
un criterio monetarista sanar o curar las enfermedades que conlleva es caro,
entonces la enfermedad se materializa en la específica corporeidad de quien la
padece, esto no es nuevo, ya lo hemos vivido, la pandemia del VIH es el más
claro ejemplo de esto, las personas que viven con VIH son responsables de estar
infectadas y el VIH son elles y elles son el VIH. Así ahora las personas
obesas, la obesidad son elles y elles son la obesidad.
Generando en la población estigmas y estereotipos, que han
llegado a la discriminación y segregación médica, conocida como “obesidofobia”
“pocrescofobia” o en
términos llanos “gordofobia”, lo que incrementa directamente en otros graves problemas
de salud, la bulimia y la anorexia.
Es hasta este momento, en que se puede observar la gravedad
del mal o pésimo diseño de la política pública en salud, basada en una bioética
por discriminación o selectividad, que parte de la violación a la dignidad
humana. Convertida ahora en discriminación gubernamental, en un problema
estructural para México.
De este punto de inflexión es que parte la tensión de los
criterios de la bioética utilitarista frente a la bioética de respeto a la
dignidad humana, la cual ha sido forjada, alimentada y desarrollada por un
sistema económico devastador, el neoliberalismo, sin embargo pienso no es el
único.
La obesidad como “pandemia” encarnada en las personas que la
padecen, bajo el yugo social de la responsabilidad unilateral, es la que hoy
desborda a esta bioética; al igual sucederá con cada categorización al colocar,
cada una, en el lugar de la obesidad, ya sea poner tabaquismo, hipertensión,
diabetes, vejez, todas colocan a la persona en una situación de vulnerabilidad.
Regresando nuevamente al caso de la obesidad, no es
solamente un problema alimentario al igual que clínico, tampoco es un virus ni
una bacteria, es un fenómeno social y médico.
Observada la problemática, en torno a la situación laboral
que impera en México como la que mayor culpa de la obesidad, ya que se trabaja
realmente más de 8 horas, sin dejar tiempo de descanso, este descanso que es un
derecho humanos de conformidad a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, en su artículo 24, el cual establece: “toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a
una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas
pagadas”.
Sí esto se respetará en México, las jornadas laborales
permitirían incidir efectivamente en desarrollar actividades deportivas, ahora
vemos desafortunadamente a gobiernos, robando los fines de semana a
trabajadores del Estado, para obligarles a realizar yoga o actividades físicas
sólo por un día, lo que lejos de generar hábitos deportivos lleva a una
demagogia pragmática de nivel político, lo peor sería que el ejercicio se
tomará como horas laborales, se obligue al ejercicio al personal, que podría
ser un recurso valioso pero no es el ideal.
Otro problema, es que la buena y sana alimentación con los
sueldos actuales es inalcanzable, atender a parámetros sanos implicaría que se
remunerará bien al personal lo cual no es la realidad para la gran mayoría de
la población; la responsabilidad de la alimentación sana descansa en las
personas únicamente, según los criterios de la bioética de la selectividad, sin
embargo, se come lo que se puede y no lo que se debe, porque lo que se debe es
caro o imposible de realizar.
Un factor extra es la ansiedad debido a la velocidad laboral
que impacta el ámbito personal, de manera dramática es canalizada a través de
la comida de manera compulsiva, el aislamiento social que rige actualmente las
relaciones humanas son otro sumando para la obesidad, las cuales generan estrés
y se desbordan en la alimentación nuevamente.
Finalmente el ejercicio de contra posición, ¿por qué el
Estado mexicano ha permitido la esclavización moderna de la población que ha
generado la obesidad?, ¿por qué sí dice que la obesidad es una pandemia no la
ataca con la misma ferocidad con que la incrimina?, ¿por qué permite la venta
de productos nocivos que engordan?, ¿por qué continúa con una educación física
basada en el machismo?, ¿la obesidad solo responde a problemas sociales o
también médicos?
Y así se puede volver a extrapolar para las personas que
fuman, y peor aún quienes padecen diabetes, ya que esta puede ser causada por
orden genético y no social, el alcoholismo, la drogadicción y la misma obesidad
igual.
La bioética en tiempos del Covid-19 es un análisis que se
tiene que hacer antes de entrar a la fase 3. Esta debe de abandonar los
criterios y principios utilitaristas dejando la selectividad discriminatoria de
lado de manera brusca, atender la bioética desde la perspectiva de los derechos
humanos es hoy el cambio imperante que se busca, se ha llegado afirmar, que
después de esto la vida será otra, que habremos cambiado, pero sí el cambio se
sigue basando en la crueldad de escoger quien debe vivir y quien no, por
criterios discriminatorios y principios económicos; quienes sobrevivan a ello,
se enfrentaran a un mundo más cruel y menos esperanzador.
Por la conquista de nuestros derechos.
Rodolfo Vitela Melgar.
Ciudadano Libre.
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