domingo, 9 de septiembre de 2007

Adicciones: La rehabilitación con sangre entra

Por: Carlos Lortia 09/09/2007
Los pacientes que consumen drogas y alcohol en México no cuentan con centros que les brinden una verdadera rehabilitación, y sólo se vuelven víctimas de maltratos y vejaciones por parte de quienes los operan.
De acuerdo con el censo del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), en el país existen más de mil 700 de estos lugares de ayuda. Sin embargo, sólo una cuarta parte de ellos cumple con los requerimientos que marca la legislación para brindar una asistencia integral.
En entrevista con Excélsior, el secretario técnico de Conadic, Carlos José Rodríguez Ajenjo, reveló que los centros de rehabilitación que operan de forma irregular, atropellando los derechos humanos de los pacientes, no se apegan a los lineamientos establecidos, y reconoció que el gobierno no tienen facultades para meterlos en cintura.
"Mira, no son clandestinos, pero, efectivamente, no operan conforme a la Norma Oficial Mexicana 028 que debiera aplicar en estos centros y que sabemos que no se es así. Son más bien esfuerzos de buena voluntad o de gente que quiere resolver el problema a sus colegas, que no toman en cuenta los derechos humanos y los violan".
Para Rodríguez Ajenjo, la norma se aplica, cuando mucho, en unos 400 centros, por lo que pretenden que "se aplique la norma en el 100% de estos centros; nosotros no tenemos facultades para forzar, no tenemos esa atribución, necesitamos apoyarnos en la autoridad regulatoria para vigilar que se respete la norma. Es una aspiración; sin duda el siguiente paso es también apoyar, fortalecer a las mejores organizaciones de este tipo a manera de subsidios para que puedan desarrollar su trabajo".
Inventario de las adicciones
De acuerdo con cifras del Consejo Nacional contra las Adicciones, actualmente existen en promedio, 18 millones de fumadores, tres millones 500 mil personas con dependencia al alcohol, de las cuales 1.5 millones son casos severos que requerirían tratamiento urgente, y unos 600 mil usuarios de drogas como la mariguana, cocaína y éxtasis, de las cuales 280 mil requieren terapia.
El funcionario de Conadic se dijo preocupado de que en los últimos siete años la edad de los que consumen drogas va en descenso.
"Mire, efectivamente las encuestas revelan que primero hay un incremento prácticamente en todos los grupos, pero especialmente en los últimos años, a partir de 2000, empieza a disparase el tema de los estimulantes de una manera mucho más vertiginosa; la cocaína y posteriormente las metanfetaminas, incluidas algunas drogas muy peligrosas como el crack, se están utilizando de manera amplia en sectores juveniles.
"La edad de inicio en las drogas también ha disminuido, es decir, cada vez es más temprana; las encuestas más recientes realizadas en algunas ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez, Monterrey o el Distrito Federal lo demuestran, por eso tenemos preocupación, porque los jóvenes están empezando a consumirlas algunos años antes."
—¿A qué edades? –se le preguntó al funcionario.
—Digamos que a partir de los 12 años se inician en el tabaquismo; a los 14 empiezan a usar drogas ilegales, y en medio de todo esto está el alcohol, que puede venir desde los 12 años.
Los "favores" de Zhenli
Actualmente, el Conadic trabaja en la construcción de 32 centros que ya están en obra, y continúan en trámite otros 38, para complementar la primera cifra de 70 instalaciones, obras que tendrán un costo total de 98 millones de pesos.
A partir de enero se comenzará con la construcción de 230 centros más, que serán financiados con el dinero que se le decomisó en la residencia de Lomas de Chapultepec al empresario de origen chino, Zheli Ye Gon, el mayor introductor de seudoefedrina a territorio nacional proveniente de China.
Rodríguez Ajenjo señaló que "para los 230 centros restantes se tiene prevista una asignación de 371 millones de pesos, provenientes de los bienes decomisados y que fueron asignados a la Secretaría de Salud y al Conadic.
Los centros de rehabilitación que operan al margen de la ley cobran tarifas que van desde los 150 pesos semanales, hasta cantidades muy significativas, todo con la promesa de que sacarán del problema a sus pacientes. Sin embargo, la realidad es que en algunos casos no cuentan ni con un doctor o personal capacitado para tratar a personas con adicciones.

"... y ahí va mi jefecita, llorando, a recogerme"

Alertan autoridades sobre el elevado número de menores de edad que usan drogas sintéticas
La drogadicción entre niños de escasa edad era cosa de otro país; hasta hace pocos años, en México ni se pensaba que los menores pudieran inhalar algún solvente, tomar pastillas o fumar crack.
Esto llegó y se volvió un problema, sin que ninguna autoridad le dé la atención adecuada. Ahora, pequeños de diez años o menos son la carnada perfecta para los narcomenudistas.
El rompimiento del tejido social, el trajín de los días y la falta de acercamiento en el seno familiar es, según especialistas, caldo de cultivo para que un menor se pueda acercar a las drogas.
El crack es una de las drogas más recurrentes entre los menores de edad, sobre todo en el norte del país, afirmó el secretario técnico del Consejo Nacional contra las Adicciones, Carlos José Rodríguez Ajenjo.
"Es un fenómeno que desgraciadamente se ha generalizado. En las clínicas del norte del país, hasta 90 por ciento de los pacientes que están internados son jóvenes que consumen crack", expuso.
Abusos precoces
Domingo tiene 17 años, lleva tres meses internado en el Centro de Rehabilitación "Un Amigo Más", en Nezahualcóyotl. Se drogaba desde hace varios años y ahora está en proceso de rehabilitación. Así narra cómo se inició en las drogas.
"Me empecé a drogar con thinner, chochos y mariguana".
—¿Dónde conseguías todo eso –se le pregunta al menor.
—Yo me juntaba siempre con pandillas y empecé a conocer todo eso porque mis amigos ya son así, grandes, mayores de edad, de 20 p’arriba y ellos la conseguían; conocen a gente que… de ese tipo de gente que trasladan toda la droga y todo eso, los empecé a conocer y conozco a mucha gente así allá afuera.
—¿Viviste en la calle?
—Sí, varias veces, yo sí me llegué a quedar así en la banqueta; y ahí iba mi jefecita llorando arecogerme.
—¿Cómo hacías para comprar la droga?
—Mis amigos tienen pistolas, nos íbamos en las combis y atracábamos a todos los pasajeros, los dejábamos encuerados... mis amigos tenían pistolas".
Gustavo tiene 15 años de edad y también está internado. Es adicto a las drogas, y antes de ingresar aún iba a la primaria.
Dice que sus problemas se deben a que "tengo una rebeldía con mi madre. No me dejaba guiar, no obedecía las reglas de mi casa y, pues, yo busqué una salida, un refugió con mis amigos, con las drogas.
—¿Qué tipo de drogas usabas?
—La piedra. Es una piedrita blanca, un poco amarilla, que la consigues por 50 pesos, por 100, un gramo o dos gramos.
—¿Tú qué comprabas?
—Yo compraba de 50 pesos o de un gramo, que te viene valiendo como 130 pesos.
—¿De dónde sacabas el dinero?
—Le pedía dinero a mi madre. Ella salía a trabajar y me dejaba para mi semana, entonces yo lo juntaba y ya cuando veía que tenía cierta cantidad me salía a comprar la droga".
—¿Quién te enseñó?
—Yo, saliendo de la escuela, veía una bola de chavos y yo veía que les tenían miedo a esos chavos, o sea toda la gente tenía miedo a ellos y yo quería sentirme igual que ellos, o sea que me tuvieran un respeto. Entonces empecé a ir a tocadas a bailes y pues yo veía que mi mamá llegaba cansada y ya no me regañaba y yo pensaba que estaba bien".
Eduardo tiene ya 15 años y tres de usar drogas. "Empecé a probar el alcohol, y pues era una cosa que no me gustaba, por lo amargo que sabía pero como yo no tuve contacto con mi madre para platicar, pues ella trabajaba y después empecé a conocer lo que es el PVC... Fue creciendo mi drogadicción. Ya después empecé a probar mariguana, hasta queme corrieron de lasecundaria.
"Mi madre me preguntó que yo qué quería ser de grande y pues me trajo a esta institución de recuperación, pues para poder salir adelante, más que nada".
Estos tres niños ahora, pretenden hacer una vida normal y, como parte de su rehabilitación, se volvieron cocineros.
Ahora preparan alimentos en la cocina de su nueva casa, para el resto de sus compañeros que, al igual que ellos, llegaron buscando ayuda.


La enfermedad de las drogas se puede curar y si se requiere de ayuda se puede llamar al centro de orientación telefónica al número 01 800 911 2000.

Fuente:http://www.nuevoexcelsior.com.mx/27_1050.htm

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