lunes, 17 de septiembre de 2007

• SOBERBIO E INTOLERANTE, CALIFICA EL DIP. DÍAZ CUERVO AL Gobierno Del Distrito Federal

ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL
IV LEGISLATURA

COALICIÓN PARLAMENTARIA SOCIALDEMÓCRATA

PRIMER INFORME SOBRE EL ESTADO QUE GUARDA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA DEL DISTRITO FEDERAL

PALABRAS DEL DIPUTADO JORGE CARLOS DÍAZ CUERVO



México, Ciudad de Leyes a 17 de septiembre de 2007

SOBERBIO E INTOLERANTE, CALIFICA EL DIP. DÍAZ CUERVO AL GDF
En el marco del primer Informe sobre el estado que guarda la Administración Pública del Distrito Federal, el Diputado Jorge Carlos Díaz Cuervo, Coordinador de la Coalición Parlamentaria Socialdemócrata, calificó al gobierno del Jefe de Gobierno de “soberbio e intolerante; han reaparecido formas que pensábamos habían quedado en la historia del autoritarismo revolucionario”, aseguró.

Discurso completo del Diputado:


Con su venia señor Presidente.
COMPAÑERAS DIPUTADAS Y DIPUTADOS.
SR. JEFE DE GOBIERNO.
SR. PRESIDENTE DEL H. TRIB. SUP. DE JUST. DEL D.F.
SRS. GOBERNADORES ……
DESTACADAS INVITADAS E INVITADOS.

La Coalición Parlamentaria Socialdemócrata, expresión política plural en sus orígenes y militancias, recibe con ánimo republicano, y en un marco de respeto y reconocimiento entre poderes, el Informe del estado que guarda la administración pública del Distrito Federal.

Es de mencionar, que ésta es la primera ocasión en la historia de la Ciudad que, a pesar de la resistencia de algunos, el Informe se recibe en un acto en el que predominan el debate, el diálogo, las formas parlamentarias, y se abandona el culto reverencial al titular del Ejecutivo.
También debemos señalar, el veto que el resentimiento impuso a la presencia en este acto del Poder Ejecutivo de la Unión. Decisión de uno de los siete partidos representados en esta Asamblea. Mayoriteo que reflejó una profunda intolerancia y que impuso un cerco absurdo a la pluralidad, otro bloqueo más, un estado de exclusión que no compartimos.

Es tradición socialdemócrata reconocer las virtudes de una gestión y cuestionar sus omisiones.

Por lo tanto, lo decimos sin ambigüedad: El Gobierno de la Ciudad ha estado a la altura de las transformaciones legales más importantes en la historia reciente. Reformas impulsadas por la primer alianza parlamentaria de izquierdas que se formaliza en nuestro país, y que han incidido favorablemente en los terrenos de la salud, de la equidad, de la justicia social y de los derechos humanos, pero sobre todo, en el terreno de las libertades individuales.

Así es, el Gobierno de la Ciudad decidió con sensibilidad, claridad y responsabilidad, ser agente de cambio, actor protagónico en un proceso de revolución cultural. Revolución que ha reivindicado, como en ningún otro rincón del país, derechos fundamentales de la mujer y de las personas con preferencias sexuales diversas.

Por ello, la Coalición Socialdemócrata reconoce el desempeño del Secretario de Salud y de la Consejera Jurídica del Gobierno del Distrito Federal, piezas insustituibles y buenos compañeros de viaje cuando una mayoría en esta Asamblea, decidimos avanzar por caminos de libertad nunca antes explorados. Caminos en los que encontramos, y superamos, obstáculos sembrados por un conservadurismo confesional que, con amenazas y descalificaciones, intentó poner en duda la vigencia de la laicidad del Estado Mexicano.

La Coalición también comparte el espíritu que anima el ambicioso “Plan Verde de la Ciudad”, ejercicio de prospectiva que nos compromete como socialdemócratas. Estaremos atentos a impulsar, desde nuestro ámbito, aquello que coadyuve en el cumplimiento de las metas establecidas.

Hay que decirlo, también sin ambigüedades: la Coalición Socialdemócrata está profundamente desconcertada por la forma en que el Gobierno de la Ciudad ha decidido relacionarse con la ciudadanía. Sr. Ebrard, nos preocupa el talante soberbio e intolerante por el que empieza a caracterizarse su gobierno, han reaparecido formas que pensábamos habían quedado en la historia del autoritarismo revolucionario.

Sí, hablamos de expropiaciones que atropellan derechos humanos y cuya legalidad pende de un hilo; hablamos del endurecimiento y escarnio policiaco en contra de infractores viales que llegan al grado de exhibirlos en cadena nacional como delincuentes; hablamos del uso faccioso, corporativo, tradicional, antiguo, del dinero público y de los programas sociales; hablamos de la imposición de proyectos inmobiliarios privados y del abandono de la función reguladora del crecimiento y ordenamiento urbanos; hablamos de la obstinación de llevar a cabo obra pública que ignora la ley y los derechos ciudadanos; hablamos del manejo político de la protección civil y de situaciones de alto riesgo que está costando vidas humanas; y hablamos también de la manipulación de la opinión pública a través de consultas diseñadas a modo.

Muchas y muchos creen que no hay porqué desconcertarse, y menos aún sorprenderse, que Usted aprendió a gobernar así cuando Camacho y Salinas eran sus jefes; cuando los partidos políticos de oposición en la Ciudad de México fueron intervenidos y acosados; cuando desde el gobierno se orquestó una guerra sucia que asesinó a cientos de opositores al régimen priista -por cierto, casi todos cercanos al PRD-. Más allá de lo que uno opine, la realidad parece darles la razón.

Si no, ¿cómo entender el golpe de estado, vil, ruin, diseñado y perpetrado desde su gobierno y en concierto con la delegación Álvaro Obregón, contra el Diputado Alejandro Ramírez, entonces Presidente de Convergencia en el Distrito Federal, y por cierto, su aliado electoral? La pluralidad y diversidad política que existe en nuestra Ciudad debe respetarse y cuidarse, es garantía de universalidad.

Y si Usted pretende justificar este hecho como aislado, como un accidente, o si intenta deslindarse de la responsabilidad, le sugiero que también lo haga con respecto del trato que su gobierno ha dado a su otro aliado, el Partido del Trabajo y su legislador en esta Asamblea, el Diputado Ricardo García.

Entenderá pues, que si ese es el trato que han merecido sus aliados, quienes competimos en proyectos alternativos, nos sentimos en permanente riesgo.

Se lo decimos aquí, públicamente, de frente: Nos alarma su apatía y desinterés por una representación plural de segmentos importantes de las izquierdas de la Ciudad. Nos preocupa la mediocridad implícita que se manifiesta en un trato político soberbio e intolerante. Nos preocupa, porque ese trato seguramente encuentra asidero estratégico en una frase tristemente célebre para las izquierdas, pronunciada por Salinas: “Ni los veo, ni los oigo”.

¿Quién lo convenció de la irracional y aldeana idea de que somos el enemigo a vencer?

Exigimos respuestas, pues solo así, explicándose públicamente, podrán salir a la luz sus verdaderas motivaciones para tratar de someter políticamente a la Coalición. Motivaciones que nunca justificarán el torpe golpeteo al que ya nos acostumbraron sus funcionarios y su lugarteniente en esta Asamblea. Motivaciones que tal vez encuentran justificación desde la óptica autoritaria de su poderosa aliada magisterial, también salinista, dueña de un sindicato y de un instituto político que quiere evitar a toda costa que prospere una opción política socialdemócrata. Motivaciones que si tienen algún asomo de legitimidad, esperamos las haga públicas y se comprometa a conducirlas en el terreno de la legalidad.

La Coalición Socialdemócrata, aquí y ahora, afirma que luchará por mantener vigente su derecho a disentir, a discrepar y a opinar respecto de un Gobierno, que, emanado de un partido de izquierda, se comporta, con demasiada frecuencia, como un gobierno de derecha.

La Coalición, aquí y ahora, refrenda su compromiso con las izquierdas de la Ciudad. Con las izquierdas que creen que es posible una sociedad más justa y libre; no con las que creen que la justicia la imparten iluminados y que la libertad es una aspiración burguesa y dispensable. Con las izquierdas que sueñan y construyen un mejor futuro, con un mejor gobierno; no con las que suponen que el futuro es ahora y que se regocijan ante el espejo convencidos de que gobiernan bien.

Sr. Ebrard, de una vez por todas, corte los cordones umbilicales que lo atan al Ex–Jefe de Gobierno, al Ex–Regente de la Ciudad, a la lideresa magisterial, a los gestores tolerados del ambulantaje, del contrabando, de las invasiones y del transporte público; aleje a esos poderes fácticos de su gobierno; despréndase de esos intereses que consideran a la socialdemocracia un proyecto incómodo y a la libertad un riesgo; comprométase de una vez por todas con un proyecto de izquierdas que convoque a personas libres.

Sr. Jefe de Gobierno, aún es tiempo, lo invitamos a proponer los términos de una nueva relación con una Coalición que ha encontrado, en la socialdemocracia, referentes para transitar hacia un proyecto de izquierda con futuro.

No es tarde para encontrar caminos que nos permitan trabajar juntos en temas importantes como una nueva institucionalidad democrática que reconozca al Distrito Federal derechos políticos plenos, que garantice el acceso a la justicia, y que promueva la sustentabilidad y el desarrollo metropolitano.

Aún es tiempo, atrévase a construir con nosotros, con la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, una agenda de trabajo por el bien de la Ciudad, y de aquellas mujeres y hombres que nuestros partidos representan y a quienes nos debemos; y por que no decirlo, también por el bien de quienes no se sienten representados por ninguno de nosotros.

Sr. Ebrard, si es verdad que aspira a gobernar todo México, abandone desplantes sectarios y empiece, aquí y ahora, a gobernar para toda la gente, no solo para sus aliados y sus intereses.

Es cuanto Sr. Presidente.

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