Hoy es el día mundial para recordar que existen seres humanos, que no cuentan con la capacidad auditiva, y algunos otros, carecen de la auditiva y la de hablar.
En México se dice que son 2 millones de habitantes. 2 millones de seres humanos que tienen varios derechos pendientes para tratar de nivelar su iniquidad y disgregación social.
Durante la campaña electoral del año 2006 me tocó escuchar una petición que colocaba una comunidad de gente sordomunda: mecanismos que los pudieran auxilar dentro de su vida cotidiana. Explicaba una de las asistentes que al ser sordomudos, no podían gritar para solicitar auxilio, cuando una persona extraña ingresara a su hogar. Ante la inseguridad eran un grupo muy indefenso por la falta de equipamiento adecuado, pero también lo eran, porque no existían en agencias de ministerios públicos, traductores que los pudieran ayudar para exponer su denuncia o defensa.
El tema quedó y pasó, pero nadie recordó en brindarles un lugar dentro de las agendas de temas legislativos.
Muchos deben ser los problemas que los aquejan, y parece que cada día tienen más.
Hoy, precisamente que se conmemora mundialmente el espacio que ellos debieran tener dentro de toda sociedad, encuentro la siguiente denuncia, que retrata otro problema al que se tienen que enfrentar, sí dentro de sus deseos está el hacer valer su derecho para estudiar:
A rajatabla, la inclusión educativa del sordo
En general, el lector puede acudir a www.sordos.org.mx para formarse una opinión sobre la solidez de nuestra queja, pero las “precisiones” del visitador, Mauricio I. Ibarra Romo, publicadas ayer en El Correo Ilustrado demuestran que la CNDH siempre tuvo los elementos que comprueban la violación de la SEP al artículo 10, inciso VIII de la Ley General de las Personas con Discapacidad, donde se garantiza a los sordos el derecho a ser incluidos en una educación pública, obligatoria y bilingüe en Lengua de Señas Mexica (LSM) y español.
La SEP implementa una inclusión educativa que impone la dispersión de todos los sordos, incluidos los señantes, en escuelas de hispanohablantes donde la SEP acepta (en el expediente de la CNDH) que la LSM esta ausente. Este es el punto central en que hubiéramos esperado una recomendación de la CNDH para la SEP: Si se prohíben las escuelas en que se congregan los sordos, si se les prohíbe señar y socializar entre sí en los espacios escolares, entonces ineludiblemente se prohíbe la educación bilingüe del sordo, del mismo modo en que proscribir las escuelas bilingües donde se congregan los japoneses equivaldría a proscribir la educación bilingüe en japonés.
La norma escrita y confesa de la SEP es la inclusión educativa del sordo, a rajatabla. Por tanto, su intención expresa es continuar violentando el derecho del sordo a la educación bilingüe. En su primer párrafo, ésta es la impunidad que el visitador de la CNDH dice que no aprueba, ni promueve, ni convalida. Pero ésta es la impunidad que el mismo aprueba y promueve en el último párrafo, al convalidar que todos los sordos deben ser escolar y sistemáticamente disgregados.
Doctor Boris Fridman Mintz (INAH), en nombre de 295 quejosos
http://www.jornada.unam.mx/2008/11/28/index.php?section=opinion&article=002a2cor
Ojalá que ésta denuncia, hoy colocada mediante un medio impreso, logre tener el eco y sobre todo la respuesta que le deben entregar, todas las instituciones y actores de la vida pública para que logren ocupar todo su tiempo en modificar, ésta disgregación y tantas más que son parte de su realidad.
Laura Tena
viernes, 28 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario