Existen más de un discurso para los
derechos humanos, uno de ellos incluso fue desde el seno mismo del conservadurismo
occidental, en aquella carta de 1948; intelectuales como Mary Ann Glendon,
quien escribiera “Un mundo nuevo, Eleanor Roosvelt y la Declaración Universal
de Derechos Humanos”, acérrima enemiga del presidente Barack Obama, ya que éste
último apoyó la despenalización del aborto basándose en un discurso de igualdad
y no discriminación de los derechos de las mujeres, mientras que la autora
opina que el aborto es un asesinato desde una postura fundamentalista
conservadora, y que va en contra de la misma declaración, perorata sustentada
en el artículo 3° el cual señala: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la
libertad y a la seguridad de su persona”[1], este es un ejemplo entre
otros muchos de la instrumentación de los derechos humanos, el fenómeno se da a
partir de la concepción misma de la igualdad entre personas ya que existen unas
más dignas que otras, es decir los derechos humanos solo se aplican en el grado
en que son consideradas para serlo.
Es así como, la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos (CNDH) ha venido trabajando, desde un conservadurismo
pragmático, el máximo exponente fue su ex-presidente Dr. José Luis Soberanes
Fernández, quien duro 10 años en el cargo, la instrumentalización institucional
en la CNDH no quedo ahí nada más, sino que con el tiempo permeo de forma
sustancial en sus integrantes, es así como vemos que la institución vivió una
penosa situación de acoso sexual por parte de Arturo Zárate Vite[2], sin embargo es conocida,
de secreto a voces, que las prácticas violentas continúan en las diferentes
Visitadurías, violencia de género, discriminación y desigualdad de
oportunidades, en gran medida a que muchas de las personas que laboran en la CNDH
no garantizan una práctica sustancial y un discurso de derechos humanos, es más
ni siquiera están convencidos de ellos, de su fuerza esperanzadora, de la
emancipación de Estados en ejercicios totalitarios. Eso sí, en el perfil se
solicita abogados/as lo que no garantiza que tengan ni los estudios como
especialidad en posgrado y mucho menos que tengan el discurso de los derechos
humanos para buscar su justiciabilidad, en realidad la administración del Dr.
Raúl Plascencia Villanueva ha sido bastante ramplona sin estar a la altura de
los cambios estructurales jurídicos para su actuación. Simplemente el hecho
ocurrido con Zárate es un reflejo del espectro real del trabajo de la CNDH.
Sumado a lo anterior se firma un convenio[3] con Segob, ante una
Subsecretaria de Derechos Humanos, quien protagonizó otro lamentable episodio
de violencia, una acusación seria ante la CDHDF por maltrato laboral a una de
sus colaboradoras, amiga de la actual coordinadora de asesores Noemi Festinher
Arias, misma que declaró a favor de la subsecretaria para desvirtuar la acusación,
será acaso ¿que a ellas les van impartir cursos en derechos humanos, para
erradicar la violencia laboral? Ya que ninguna de las dos tiene ni el trabajo
activista ni la validez académica para sostener un cargo sobre el tema.
Pues felicidades a la CNDH por su
aniversario y su actuación mediocre, quedando lejos de CONAPRED y de Ricardo
Bucio quien por el contrario esta rodeado de personas altamente competentes y
especializadas en derechos humanos con la visión acorde a su quehacer
profesional.
C.L. Rodolfo Vitela Melgar.
Por la conquista de nuestros derechos.
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