El primer paso al exterminio: la desaparición del Primer Experto
Independiente sobre Orientación Sexual e Identidad de Género de Naciones
Unidas.
El pasado 30 de septiembre, fue nombrado el profesor de
leyes tailandés Vitit Muntabhorn; a quien recordamos por ser uno de los
principales redactores de los Principios de Yogyakarta, como el primer experto
independiente sobre Orientación Sexual e Identidad de Género, designado por el
Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Tras fuertes amenazas y hostigamiento por parte de Rusia, así
como de sus países satélites (que bien sea dicho de paso son muchos, ya que
conglomera a gran parte del bloque Africano y Árabe), a oponerse desde el
surgimiento de la figura del Ombudsman global para asuntos LGBTIQ[1], hasta el nombramiento de
Muntabhorn; quien cuenta con un perfil no solo como defensor de los derechos
humanos a dicha población, sino a su amplia trayectoria en general por ser
defensor de los derechos sexuales, así mismo, ha señalado en múltiples
ocasiones el distanciamiento que debe de existir entre el Estado y los cultos
religiosos, ya que estos afectan de manera importante en el acceso a los
derechos humanos de las personas LGBTIQ; el cual había manifestado en los
trabajos para la elaboración de dichos Principios, dejando claro que esto limita
la libertad de expresión y de religión.
Esta postura se erige como una oposición intelectualmente
fuerte ante el pensamiento misógino, machista y homofóbico del grupo de Putín,
conformándolo como un serio enemigo a su régimen, lo que llego a desembocar en
el peligroso ultimátum del canciller ruso Alexey Borodavkin, representante de
la Federación Rusa en Naciones Unidas, quien declaro que para su país no existe
tal figura y menos semejante designación, por ello no colaborará nunca bajo ningún
motivo con dicha instancia.
Así, es como comienza la escarpada trayectoria de la figura
del defensor de los derechos humanos por orientaciones sexual e identidad de
género, sumergido en plena campaña de apoyo de Naciones Unidas al matrimonio
entre personas del mismo sexo a nivel mundial, emprendida por el Alto Comisionado
de Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein.
Este nombramiento, se dio gracias al esfuerzo del lobby gay,
con la mira de apuntalar la empatía al gobierno de Obama, y no ante la posible
llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, hablamos de finales de
septiembre, para avanzar así en la agenda que se había planteado por dicha
administración.
Sin embargo, ante el arribo de Trump y la oleada de ataques
de odio realizada por sus simpatizantes y electores; enfocado entre muchos
otros a grupos minoritarios, entre ellos a personas de la población LGBTIQ, debido
a su discurso incendiario; siendo la primera víctima de ello Chris Ball, un
chico gay que al salir de un bar en Santa Mónica, California -sí, este estado
de la unión americana que dice quererse independizar tras gane del “susodicho”
político- fue brutalmente atacado por seguidores homofóbicos de Trump, quienes
le insultaron dentro del lugar donde se encontraba al conocer los resultados de
la elección, y que posteriormente le siguieron por la calle, hasta golpearlo dejándolo
en un baño de sangre.
Luego entonces en reciente entrevista, Trump dijo que dichos actos
deben ser detenidos, y mostro un talante moderado al matrimonio entre personas
del mismo sexo, en razón de que había sido juzgado por el supremo, dando a
entender que acatará lo que la corte diga; pero existen tres indicadores que
advierten un posible escenario muy adverso para los avances de los derechos
para la diversidad sexual: el primero: que el vicepresidente Mike Pence sea un
homofóbico consumado, quien se ha opuesto al matrimonio igualitario, ha
impulsado los tratamientos para “curar” la homosexualidad que él mismo
experimento, entre otras cosas; la segunda, el nombramiento del próximo juez
para la Corte, quien podría luchar en contra de los matrimonios igualitarios y
finalmente, el más perturbador de todos, el “amiguismo” con el presidente ruso
Vladimir Putin, quien no solo ha criminalizado cualquier acto homosexual en
público, sino que ahora busca criminalizarle al grado que sea delito para ser
llevados a los nuevos campos de concentración de su Sistema Penal[2], ya nombrados como los
“Gulag de Putín”.
En este mismo sentido, la salida de Rusia de la Corte Penal
Internacional que se suscitó el día de ayer (16 de noviembre), ha causado no
por menos decir revuelo a nivel internacional, por las graves violaciones a los
derechos humanos que Putin ha realizado en su régimen, el caso que detona el
inicio para que se dé dicha salida, fue precisamente el caso “Kalashnikov vs Russia,”
(Case Application No. 47095\99, 15 July 2002) con respecto a los actos infames
que se realizan en estos campos de concentración; sumando a ello la persecución
del pueblo bávaro en Crimea, el caso de intervención en Ucrania y los ataques a
Siria para terminar con el Estado Islámico. Dentro de estos actos también se
encriptan la persecución homofóbica, en un apéndice amplio respecto a las
atrocidades que lleva a cabo Rusia a otras poblaciones.
Ante estas amenazantes situaciones, se escucha el nombre de
un diplomático quien ha declarado ser abiertamente gay, Richard Grennell, quien
es el principal candidato de Donal Trump para ocupar el cargo de embajador de
los Estados Unidos en las Naciones Unidas, y quien estaría a cargo de toda la
gestión para que el Ombudsman LGBTIQ pueda trabajar y operar, para dar
cumplimiento a su mandato.
Sí esto no se lograra y el vicepresidente le bloqueara o
peor aún, se sometiera a un “tratamiento o terapia de cura”, el mensaje sería
más que claro, y entonces tendríamos que estar articulando un plan “B”, el cual
ya deberíamos de estar pensando desde ahora todo el mundo LGBTIQ; el retroceso
sería no grave, sino lo que le sigue, por no decir devastador en la lucha contra la homofobia a nivel global, hoy más que
nunca es necesario expresar el temor a que el reciente Ombudsman tenga una vida
muy corta y efímera.
Por la conquista de todos nuestros derechos
Rodolfo Vitela Melgar.
Ciudadano Libre.
1 comentario:
Pido una disculpa por error ortográfrico en la palabra "resiente"
Fe de erratas "resiente" por reciente
Creanme que lucho contra mi disgrafia. Gracias
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