viernes, 21 de septiembre de 2018

ANOTACIONES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ DESDE LA SEGURIDAD CIUDADANA Y DERECHOS HUMANOS EL PASO INDUDABLE PARA UNA GOBERNANZA ALTERNATIVA.

Rodolfo Vitela Melgar.
21 de septiembre de 2018.


Sumario: Introducción, 1. Contextos, 2. Marco Teórico: a) Seguridad Humana, b) Seguridad personal y Seguridad ciudadana; 3. Derecho de Injerencia y Derechos Humanos; 4. Despliegue de la Seguridad Ciudadana: a) Ciudadano-céntrica, b) Estado-céntrica; 4 Conclusiones y Propuesta en política pública; Biografía.

Resumen. Las modificaciones al paradigma de protección pasa de las instituciones a las personas, bajo contextos sociales altamente deteriorados por la violencia, que han generado actos ultrajantes para la consciencia de la humanidad, obligan pasar de un Estado de Derecho a un Estado de Justicia Efectiva; por medio de la protección de la existencia humana y todos los aspectos que conlleva. Estos actos, que afectan de manera directa el ejercicio de la gobernanza, son los que provocan el movimiento de su centro a otro tipo de ejercicio del Poder, para defender la dignidad humana, liberarlas del temor y el miedo, con una propuesta alternativa basada en la Seguridad Ciudadana.

Introducción.

El camino hacia la Paz es difícil y escarpado, más no imposible, requiere de mucho esfuerzo por parte de quienes ostentan el Poder del Estado; que hoy por hoy, sufre grandes transformaciones, requiriendo de nuevos esquemas nacionales que pongan en el centro a la sociedad y sus intereses colectivos; estas personas que ostentan el Poder se están viendo obligadas en la construcción de su legitimidad política –para permanecer en el mismo-, lo que les exige entender, interpretar y generar acciones correctas, eficaces, puntuales y sobre todo sustanciales, que se materialicen en resultados palpables y positivos, modificando la vida de las personas de forma efectiva.

Implicando para ello, satisfacer a cabalidad las necesidades y demandas sociales elementales; es ir más allá de la atención de las necesidades y demandas, es apoyar y defender dichos intereses colectivos de la sociedad como materia prioritaria de su quehacer en el servicio público. Lo que involucra dejar a un lado la visión proteccionista de las instituciones, las cuales se encuentran altamente deterioradas por conflictos de corrupción e impunidad, que apartaron a la población del Estado; quien dejó de ser garante y protector de sus derechos y se concentró tan solo en sus obligaciones de forma excesiva, excesos que nos remontan como causa sustancial de todas las transformaciones en la historia de la humanidad.

Es buscar edificar inmersos en escenarios constantemente instalados en un estatus de conflicto altamente violento, armado, corrupto y protector de la impunidad, que han generado “actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad”, preocupación central de los derechos humanos, ya que su núcleo duro a proteger es la dignidad, desasosiego que ha sido evidenciado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dejándole claro dentro de sus cláusulas preambulares. Actos de barbaries ultrajantes que han aniquilado la dignidad; esta que es nacional, es humana, con rostros y nombres.

Por tanto, el enfoque de cimentación en la actualidad, tienen que comprender que se encuentra sumergida en una situación de adversidad y crisis en tiempo “continuum”, la cual no es una sentencia en tiempo infinito; la crisis no es cualquiera, sino una que ha dejado sin credibilidad a las instituciones del Estado y a quienes gobiernan; no es como otros escenarios, donde hay un ganador y un perdedor reconocible, donde hay un final sensorial percibido del conflicto terminado, que permiten generar opciones en terrenos menos pantanosos; sino por el contrario, nos encontramos en medio de él, es ahí en donde nos vemos obligadas, todas las personas a construir, aportar y apoyar; desde ahí es donde tenemos que plantearnos construir este camino, tomando en consideración sus características particulares, diseñar y desarrollar acciones inmersas en un continuo ambiente de conflicto armado evolutivo, que sin llegar a ser un estado de guerra, sí es similar a él, inclusive es tanta la exposición a la violencia y la pérdida total de la gobernanza que se podría asimilar a un estado de excepción.

Esta realidad es la que en México impera, sus principales ciudades, dentro de las cuales es posible ubicar a la capital del país, comienza a vivir conflictos semi-armados que ponen en riesgo su gobernanza, caminos que ya han recorrido otras entidades federativas dejando una estela de muerte, destrucción e ingobernabilidad. Lo que representa hacer frente a ataques que no pueden ser considerados terroristas, pero que por su alcance e impacto son equiparables. El conflicto es armado, es organizado, tiene metas y objetivos adversos a un Estado de derecho, y aún más lejos a un Estado Justicia, debilitado por las paradojas de la realidad social discordante con la realidad de iure, potenciada por las malas políticas públicas. Más paliativas que propositivas.

Encarar la violencia de las ejecuciones, levantamientos y aniquilación de personas desde las instituciones del Estado, han demostrado la descomposición de los Poderes; responsables solidarios de esto, erigiendo en lo fundamental delitos de lesa humanidad; que han llegado a extremos como el caso de Allende en Coahuila, confirmando, que sí bien no estamos en una guerra revolucionaria social abierta, sí nos encontramos en un enfrentamiento similar a la guerra de guerrillas, donde el Estado mexicano ha perdido rotundamente hasta el momento, cada una de las batallas, en teoría emprendidas.

Para enfrentar este estado continúo y permanente de conflicto violento, de pérdida del control de las instituciones, la seguridad de las personas, la gobernanza y en sí de la Paz que hoy tanto anhelamos, surge una opción positiva, proactiva y vialble: la Seguridad Humana, que busca generar un Estado de Justicia, con metas específicas altamente demandantes; establecidas para todas las naciones modernas y las que se encaminan a ello; representa un gran reto para los gobiernos, debido al cumplimiento de los objetivos de cada uno de los componentes que la integran.

La Seguridad Humana se erige, por tanto, como el nuevo sistema global, encaminado a una restitución de la dignidad de las personas en los sistemas post-neoliberales, generador de la reconciliación entre el Estado natural y el Estado de Iure para dar lugar al surgimiento al Estado de Justicia, que tiene como imperativo la Paz, contando con grandes objetivos sustanciales, y que debido al entramado complejo de su estructura, hace casi imposible determinar el mejor camino para abordarle y transitar hacia un Estado de Justicia donde impere la Paz.

Entonces ¿por dónde comenzar?, ¿desde dónde?, ¿Conque y cómo abordarle para hacerlo, para lograrle? Es el objetivo de este texto plantear un posible comienzo, posibilitar una vía de inicio para encaminar los esfuerzos de un naciente régimen.

1. Contexto bajo fuego.
  
La violencia es la constante permanente que amenaza la Paz, es la materialización de los riesgos que enfrenta la sociedad en la actualidad, y por ello son los temas a combatir para poder lograr edificarle. Este tan anhelado estatus que se encuentra tan lejos en diferentes regiones del mundo, es lo que hoy nos reúne y nos convoca para poder residir en ella, este nivel óptimo donde las leyes se cumplen para todas las personas, donde no hay excepcionalidad por el incumplimiento del contrato social que nos hemos dado.

Las amenazas directas a la Paz se encuentran vinculadas por la imposición del miedo y el temor, donde la seguridad jurídica de las personas se halla seriamente daña, por ello las personas no cuentan con la certeza de que su existencia se vea liberada de ellos.

Al mismo tiempo, que las posibilidades de desarrollar su potencial se vea seriamente dañado, aún peor se deja sin opciones visiblemente factibles para poder lograrles, debido a los actos perturbadores resultantes de un Estado de Derecho debilitado por quienes les gobiernan.

Así pues, la penetración en la estructura del Estado genera las violaciones sistemáticas a la sociedad de sus derechos, el mismo gobierno ha logrado llegar a niveles que destruyen la Paz y con ello aniquilan la dignidad de las personas y de la sociedad en su conjunto, desarrollando marcos normativos que lejos de ser justas son indignantes por sus oscuros huecos, ya que buscan salvaguardar los intereses individuales de riqueza y poder.

La afectación es tan seria que no se logra distinguir en un momento determinado, los límites entre el gobierno, que con sus acciones rompe la Paz y orden social, y la población en general, así pues, se implica a toda la sociedad como parte integrante de las acciones que unos cuantos han llevado acabo. La implicación del lema popular “la corrupción la hacemos todos” es el resultado del reductivismo del pensamiento de quienes lo son, intentando de alguna manera compartir la responsabilidad social de sus dispendios; sí así fuera y todos fuéramos corruptos entonces todos seriamos impunes. Y la regla no afectaría a nadie, seria parte del contrato social de esa misma sociedad, sin embargo el resultado de la corrupción en su alcance no genera bienestar para todas las personas, sino por el contrario afecta más a un número mayor de existencias.

Estos fenómenos de correlatividad entre corrupción e impunidad ponen en riesgo los  diferentes centros duros de cada uno de los temas que buscan resguardan la existencia humana.

El camino hacia la Paz se debe, por tanto, enfocar en las personas, en quienes son gobernadas y no en los que hasta el momento han ejercido el Poder del Estado de Derecho, es buscar una nueva manera de resolver los conflictos y los problemas ya desencadenados.

El deterioro de la Paz tiene como principales características la inseguridad en todas sus manifestaciones posibles, va desde lo personal a lo colectivo, de lo patrimonial hasta en el ámbito personalísimo; como es la libertad de decidir el rumbo que sus vidas deben tomar para trascender.

El caso paradigmático que en puntual se intenta abarcar es el mexicano, el cual cuenta con todas características sustanciales de violencia, en todos los niveles, tanto de Poder como de gobierno, logrando convertir sus acciones en graves actos perturbadores para la consciencia, no solo nacional sino mundial.

Los resultados del ejercicio del Poder, en el famoso Estado de Derecho que vivimos, cuenta con grandes paradojas sustanciales, conformadas por grandes lagunas, que aunque no sean incluso deliberadas por el ejercicio de la función pública, se vean obligadas a caer en ellas, de esta manera se continua con una violación pasiva de los derechos, sin generar resultados positivos, vamos ni eficaces.

El ejemplo cuantitativo de esto, lo encontramos en las cifras que arrojan los Datos de la Incidencia delictiva del Fuero Común nacional 2018[1] emitidas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, informado que el:

1.    Total de delitos contra la vida y la integridad corporal acumulados desde enero a diciembre de 158,645, pasando del mes de julio a agosto de 2018 de 155,685 a 161,021 delitos;
2.    Total de delitos contra la libertad personal acumulada es de 11,630[2], correspondiendo para el mes de julio 1,403 y para agosto 1,769 delitos;
3.    Total de delitos contra la libertad y la seguridad sexual[3], que de julio a agosto paso de 3,501 a 3,679 dando un total acumulado de 26,912;
4.    Total de delitos contra el patrimonio que pasa de julio a agosto de 79,540 a 83,329 teniendo como acumulada 636,201 delitos[4];
5.    Total de delitos contra la familia, ubica un acumulado de 143,959 delitos, que para el mes de agosto de 2018 de 18,648[5];
6.    Total de delitos contra otros bienes jurídicos afectados, con un total acumulado de 249,858 delitos, pasando de 31,735 a 33,627 de julio a agosto de 2018[6].

Estos delito se pueden ubicar dentro de grupos específicos que de una manera estructurada se pueden conglomerar, en términos del tiempo de la globalidad en: económicos, alimentarios, salud, ambiental, personal, comunitaria, y política.

Estos resultados, se dan bajo un escenario de violencia constante, persistente, creciente, organizada y funcional. Cobijados por quienes gobiernan. Y así, lograr que la Paz en México no se pueda generar.

Lo malo es que nos han impuesto un pensamiento único de cómo hacer las cosas y como resolverlas, es necesario salirnos por mucho de los marcos regulatorios impuestos por un Estado de Derecho que no genera Justicia, ni seguridad de ninguna índole. Es comenzar a transitar caminos alternativos con propuestas innovadoras que asusten al estamento gobernante.

Hoy es posible en México pensar esto, debido más que nada, a que la clase gobernante ha perdido el Poder por sus innumerables fallas, por estar tan corrompida que nunca se dieron cuenta que tarde o temprano este resultado llegaría. Es bajo este halo de confianza y esperanza que se puede pensar en caminos alternativos para la Paz, es fundamentar las opciones para desenmarañar la violencia desde nuevos paradigmas como los Derechos Humanos, la Seguridad Humana, la Sustentabilidad, la Responsabilidad Social y la Innovación.

2. Marco Teórico:

A) Seguridad Humana.

La concepción actual de la Seguridad Humana no es rígida sino por el contrario, es muy flexible, la que se remonta al Informe Sobre Desarrollo Humano de 1994 (Informe), y que se entiende como: “[…] seguridad humana –a lo que- consiste en proteger, de las amenazas críticas (graves) y omnipresentes (generalizadas), la esencia vital de todas las vidas humanas de forma que se realcen las libertades humanas y la plena realización del ser humano[7]”.

Amenazas en diferentes sentidos y vertientes pero que todas topan con una sola cuestión imperante, defender y proteger la dignidad humana, por medio de salvaguardar la existencia de las personas, que va más allá de la vida, que se extiende hasta el libre desarrollo de su potencialidades, eligiendo con toda libertad dentro de la gama de opciones para hacerlo, la que más le convenga para ello.

Lo que implica concentrar los esfuerzos en desarrollar las características de las Seguridad Humana en cada una de sus facetas, que entienden o comprenden la dimensión total de la existencia de la humanidad, siendo dichas características: Universalidad, Interdependencia, Prevención, Centrado en el ser humano, Solidaridad Humana y Reivindicaciones Vitales.

1. Comenzando por universalidad, el informe de 1994 señala que: “La Seguridad Humana es una preocupación universal. Es pertinente a la gente de todo el mundo, tanto en países ricos como en países pobres. Hay muchas amenazas que son comunes a toda la gente, como el desempleo, los estupefacientes, el delito, la contaminación y las violaciones a los derechos humanos. Su intensidad puede variar de un lugar a otro, pero todas esas amenaza […] son reales y van en aumento[8].

Esta característica coloca en el centro de las diferentes facetas de la Seguridad Humana a las amenazas que todas las personas en el mundo comparten y enfrentan, que por su intensidad van desde preocupaciones hasta problemas estructurales reales, las cuales dependen de su georreferencia.

Importante es señalar que a raíz de esta característica el surgimiento de un principio imperante para la Seguridad Humana, que dicho sea de paso ni los derechos humanos lo tiene, el Principio de Injerencia o Pertinencia, donde todas las acciones por el alcance de la universalidad son pertinentes a todos los seres humanos sobre la tierra, el problema pertenece a todas las personas y eso hace que se legitime cualquier acción para defenderse contra cualquier amenaza.

Por ejemplo el caso de México, por ser un país en vías de ser una nación desarrollada, las simples preocupaciones han dejado de serlo, para convertirse dolorosamente en realidades, que hoy generan una gran inestabilidad social, por ello es necesario, medir su impacto en vectores, tanto cualitativos como cuantitativos para conocer su esquema real. Al mismo tiempo, que es un país de tránsito a los Estado Unidos de Norteamérica de personas y mercancías, algunas legales y otras no, como es el caso de las drogas, haciendo que México sea un país altamente marcada por este principio de injerencia que corresponde en corto a todo el continente Americano.

2. La Interdependencia:

Señala que todos los componentes de la Seguridad Humana los son en tanto que, “cuando la Seguridad Humana de la población está amenazada en cualquier parte del mundo, es probable que todos los países se vean afectados. El hambre, la enfermedad, la contaminación, el tráfico de estupefacientes, el terrorismo, los conflictos étnicos y la desintegración social ya no son acontecimientos aislados confinados dentro de las fronteras nacionales. Sus consecuencias llegan a todo el mundo[9].

El efecto domino que genera la dinámica del concepto de interdependencia de manera endémica, esto afecta en cada uno de los componentes desatando un estado precario para la protección de la vida de las personas y su libre desarrollo, siendo estos componentes[10]:

      a)    Libertad respecto al miedo;
      b)    Libertad respecto de la necesidad.

3. Prevención temprana de conflictos.

Al entender que la prevención vela de manera más fácil la Seguridad Humana que con la intervención posterior. Ya que es menos costoso hacer frente a esas amenazas ya materializadas[11].

4. Centrado en el Ser Humano.

Esta característica “se preocupa por la forma en que la gente vive y respira en una sociedad, la libertad con que puede ejercer diversas opciones, el grado de acceso al mercado y a las oportunidades sociales, y la vida en conflicto o en paz[12]”.

5. Solidaridad.

Aunque, si bien este principio no se establece como referente sustancial en el Informe para el Desarrollo 1994, si la instituye como referente, que posteriormente será retomado más adelante, por otros mecanismos internacionales de protección para el desarrollo humano.

De tal manera que, para Maritza Sobrados León la solidaridad se entiende como: “un valor que comporta una serie de actitudes consecuencia de la toma de conciencia de las necesidades de los demás y el deseo de contribuir y de colaborar para su satisfacción[13]”.

Así mismo, al ser una serie de actitudes Buxarrais señala que: “la solidaridad es una actitud, una disposición aprendida, que tiene tres componentes: cognitivo, afectivo y conativo. De aquí que los conocimientos que una persona tiene son suficientes para fundamentar la actitud acompañados del componente afectivo – el fundamental-, y el conativo o comportamental que sería el aspecto dinamizador de dicha actitud. Entre los determinantes de las actitudes existen los factores genéricos y fisiológicos, pero también lo de contacto directo con el objeto de actitud, es decir, que las actitudes se aprenden a través del proceso educativo[14]

6. Reivindicaciones vitales.

“El universalismo de las reivindicaciones vitales descansa en la oferta equitativa de oportunidades al servicio de las potencialidades de cada individuo. Pone el acento en las oportunidades distinguiendo de los logros”.

Así entonces, la Seguridad Humana al establecer que dentro de sus principales componentes al mandatar que se debe de liberar a las personas respecto al miedo y las necesidades: estas que son indispensables para que la vida humana se dé y pueda lograr su máximo potencial, reconocer o identificar 3 tipos de amenazas importantes, latentes y evidentes, que son por:

     a)    Obra humana: como aquellas resultantes de opciones erradas de políticos[15].
     b)    Obra naturaleza: por las consecuencias de las fuerzas de la naturaleza, como terremotos, huracanes, sequias e inundaciones etc.
     c)    Combinadas: “como ocurre con frecuencia cuando el deterioro del medio ambiente desemboca en un desastre natural, seguido de la tragedia humana[16]”.

Un ejemplo más claro, puede ser lo ocurrido el pasado 19 de septiembre de 2017, cuando nuevamente un terrible terremoto sacude a varias entidades federativas y ciudades del país, como es el caso de la Ciudad de México donde después de la tragedia de las pérdidas humanas y las patrimoniales, el gobierno de Miguel Ángel Macera junto a la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal junto a la misma del Partido Acción Nacional (PAN), no solamente dilataron la entrega de apoyo a personas damnificadas, ya víctimas de la obra de la naturaleza, sino también de la humana al violar sus derechos humanos de manera evidente, pudiendo incurrir en actos de corrupción y que pueden ser hoy en día actos de impunidad.

Centrándose, la Seguridad Humana, en 2 aspectos principales. La primera seguridad contra las amenazas crónicas como es el hambre, la enfermedad y la presión. Y en segundo lugar, significa protección contra alteraciones súbitas y doloras, traumáticas de la vida cotidiana, ya sea en el hogar, en el empleo o en la comunidad[17].

Por tanto, la Seguridad Humana al establecer 3 diferentes amenazas y 2 principales aspectos que la ponen en riesgo, ésta establece 7 categorías[18]:

      1)    Seguridad económica;
      2)    Seguridad alimentaria;
      3)    Seguridad en materia de Salud;
      4)    Seguridad ambiental:
      5)    Seguridad personal;
      6)    Seguridad de la comunidad, y
      7)    Seguridad política.

Así pues la Seguridad Humana significa que la gente pueda ejercer la gama de opciones, resultantes de los procesos del Desarrollo Humano, en forma segura y libre, libre del miedo y el temor, de la carencia de la satisfacción de sus necesidades básica para ello (para el desarrollo personal), y que puedan tener relativa confianza en que las oportunidades que tienen hoy no desaparecerán en el futuro[19].

B) Seguridad personal y Seguridad ciudadana.

Seguridad personal.

De conformidad con el Informe para el Desarrollo 1994, la Seguridad Personal se entiende como: “la seguridad respecto a la violencia física[20].

Violencia física que se encuentra identificada de conformidad con un perfil[21] específico del sufrimiento humano en los países industrializados, el cual abarca el Informe, especificando:

                     i.        Homicidios;
                    ii.        Violaciones denunciadas;
                   iii.        Delincuencia relacionada con los estupefacientes;
                   iv.        Lesiones en accidentes de carretera;
                    v.        Contaminación;
                   vi.        Disparidad de ingresos.

Sin embargo, visto el perfil del sufrimiento desde una visión hegemónica del poder económico, no es compatible para los países en desarrollo, donde existen crímenes de lesa humanidad más preocupantes, que las lesiones en accidentes carreteras por ejemplo.

Por tanto, como es el caso mexicano y el de otros muchos países emergentes, radica en otro lumbral de sufrimiento humano, el cual deja muy por debajo los estándares internacionales del entendimiento de la protección de la dignidad humana. Las desapariciones forzadas, los feminicidios la violencia de género, tortura, tratos crueles y degradantes, trata de personas y ejecuciones extraoficiales, crímenes de odio, hasta casos como el de San Fernando, Tamaulipas, donde se presenció una evento de aniquilación masiva, son temas con mayor impacto en el perfil de sufrimiento visto desde una visión contra hegemónica, es decir a partir de una visión desde abajo.

Los crímenes que establecen parámetros de mayor arco de dolor generado por el sufrimiento de las personas en los contextos desde abajo, están íntimamente relacionados con la corrupción y la impunidad. Estos umbrales del dolor colectivo son realizados, arropados y apapachados por los gobiernos, el caso de la Ayotzinapa evidencia la relación estrecha entre policías con el crimen organizado, al entregar a los estudiantes detenidos por elementos policiacos de Iguala y Cocula,[22] así como la aparente intervención del mismo ejército mexicano; al mismo tiempo que se establece una “verdad histórica” alejada de la realidad de lo ocurrido, y de no generar un caso sólido en contra de quienes realizaron las ejecuciones, la Procuraduría General de la República, y con ello el gobierno mexicano, se vuelven corresponsables de estos delitos de lesa humanidad, como este caso otros muchos más, como Apatzingan y los estudiantes de cine en Jalisco.

Tal pareciera que dicho umbral de sufrimiento está estrechamente relacionado con la tolerancia a la corrupción y la impunidad de todas las violaciones a los derechos que sufren naciones enteras.

De esta manera, Moloeznik define como Seguridad Personal al “fenómeno que acentúan los factores del riesgo, la vulnerabilidad e inseguridad en la sociedad (homicidios, violencia física, delitos contra la salud) y su impacto en grupos vulnerables (ancianos, mujeres y niños)[23]”.

Estos fenómenos han dejado evidenciado nuevos factores de riesgo estructurales apogemónicos occidentales, que provocan mayor conflicto social; detectando de esta manera:

     1.    La pobreza; y
     2.    La desigualdad.


3. Derecho de Injerencia y Derechos Humanos;

A raíz de la promoción, difusión y defensa de los derechos y libertades de las personas, tras la Segunda Guerra Mundial, consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (D.U.D.H.), transforma radicalmente la visión, concepto y entendimiento de les individues, reconociendo a las persona como sujetas del derecho internacional en el centro de la normatividad generada a partir de la aparición de la misma (D.U.D.H.). Detonando la salvaguardia del desarrollo y potencial humana, impulsando los derechos de la ciudadanía por medio de la participación en todos los temas públicos, libertades individuales y colectivas, así como el bienestar.

Los valores, principios y características de los Derechos Humanos y de la Seguridad Humana, las comparten también otros temas como la Sustentabilidad, debido a que ponen el centro de todas acción, o el centro duro a las personas, lo que lleva al valor intrínseco a cada una, su dignidad.

El enlace central del Seguridad Humana y los Derechos Humanos es librar a las personas del miedo, el temor y la miseria, que para los Derechos Humanos lo deja explícito en sus cláusulas preambulares, mientras que para la Seguridad Humana las amenazas serían su centro duro; al mismo tiempo que para los Derechos Humanos su centro duro es la dignidad humana.

3. Despliegue de la Seguridad Ciudadana  

La Seguridad Ciudadana se puede definir como: “[…] la conciencia de la necesidad de una participación cada vez más activa de la sociedad en los asuntos de interés público […][24]”,

De esta manera la Seguridad Ciudadana descansa en la participación y corresponsabilidad de la ciudadanía junto a los cuerpos policiacos, y en un alcance mayor con todas aquellas instancias gubernamentales involucradas en ella.

En Perú el Instituto de Defensa Legal/Centro de Promoción Social para la Seguridad Ciudadana estableció dentro de sus aportaciones en 2003, en el  Proyecto piloto de comités para la seguridad ciudadana. El ABC de la seguridad ciudadana en Lima, que: “La seguridad ciudadana no es solo la lucha contra el crimen, sino también es la creación colectiva de un ambiente propicio y adecuado para la convivencia pacífica de las personas. La seguridad ciudadana no es tarea exclusiva de los policías, serenos o ronderos, sino que incluye a todos los ciudadanos y a las instituciones del Estado. La seguridad ciudadana pone énfasis en las labores de prevención y control –antes que de represión– de los factores que generan violencia e inseguridad. Trabajando y demandando una mayor eficiencia en el aparato judicial, una mejor presentación de servicios públicos, entre otras funciones del Estado, estaremos atendiendo el problema de la inseguridad de las personas.[25]

De ello se desprende que el enfoque no es combatir la violencia con mayor violencia sino enfrentar y dar respuesta de aquellos factores sociales que generan inseguridad, poniendo sus esfuerzos en la prevención y control de los conflictos, mucho antes de llegar a utilizar la violencia legítima del Estado.

El enfoque de la seguridad ciudadana desde una composición epistemológica centrada en el desarrollo de la persona con relación a la construcción de ambientes adecuados y de convivencia pacífica, por tanto, es necesario identificar cuáles son los temas que generan fricción y con ello que surgan entornos conflictivos.

Y que de manera deductiva, serían aquello temas que tendrían que estar vinculadas con poner en situación de vulnerabilidad la existencia humana, como son: la seguridad jurídico-social, combate a la corrupción e impunidad por medio de la defensa del principio de legalidad y Justicia, la lucha contra la discriminación, la desigualdad y la inequidad, la pobreza, el respeto irrestricto de la dignidad humana por medio de la protección a los derechos humanos, sustentabilidad, desarrollo humano y responsabilidad social.

Así pues, en el momento que se centra en las personas y su máxima protección la seguridad ciudadana dejaría de lado la protección de las instituciones moviendo su centro a la protección de las personas. Transitando de una construcción Estado-céntrica a un Ciudadana-céntrica[26].

a) Estado-céntrica;

En un principio del presente documento se abarco de manera enunciativa la relación del Estado de Derechos respecto al ejercicio del Poder, el cual tiene como centro duro la salvaguarda y protección de las instituciones que integran al Estado, de tal manera que con ello se resguarda también la actuación personalizada de cada gobernante.

Desafortunadamente los vicios profundos en este resguardo han llevado a la protección de las instituciones corrompidas y al mismo tiempo a quienes la realizan, imponiendo un Estado de Derecho con cuerpos normativos plagados de inconsistencias sustanciales, generando impunidad de manera cotidiana, logrando la indignación generalizada y reproche social por ello.

En esta categoría el Estado fundado en el derecho, genera leyes y acciones de gobierno que arropan los delitos institucionales y a los delincuentes, ya que no hay forma de materializar la Justicia.

b) Ciudadana-céntrica.
Al contario del anterior, bajo esta perspectiva el centro duro es la persona, es proteger los derechos de todas ellas, estableciendo parámetros de seguridad mínimos, para el libre desarrollo de la personalidad y poder llegar así al máximo potencial de cada una.

La visión Ciudadana-céntrica por su composición de máxima protección a las personas genera como resultado de las mismas un Estado de Justicia, con leyes y acciones de gobierno fuertemente vinculadas con la responsabilidad entre cuerpos normativos que generen certezas jurídicas pro-persona y la seguridad que conlleva.

Estas seguridades, combaten frontalmente al temor y el miedo, trabajando en todo momento por imponer las libertades para desarrollo del potencial humano.

4 Conclusión.

Por tanto, la construcción hacia la Paz se debe de realizar a partir de una perspectiva Ciudadana-céntrica, considerando en todo momento que quienes integran a las policías son ciudadanas también, son civiles que trabajan en la protección ya no de los espacios ni las instituciones sino para la seguridad de las personas, a partir de reconocer el respeto a la dignidad humana, el libre desarrollo de cada persona compartiendo la responsabilidad social entre todas. Y es a raíz de ello que se puedan pensar leyes que busquen Justicia sin dejar espacios que propicien lo contrario, comprender que para que la seguridad sea una realidad es necesario no combatirla con violencia sino por el contrario con esfuerzos por la Paz, encaminado a resolver los conflictos pero sobre todo prevenirles, de manera integrada y conjunta.

Así mismo, todas las políticas públicas de gobernanza debe tener la misma perspectiva, la protección máxima de las personas en cualquiera de los diferentes escenarios donde se desarrollan, liberándolas del miedo, el temor y la miseria. De tal forma que se abarquen cada una de las 7 facetas de la Seguridad Humana, para que los resultados de ello impacte positivamente la seguridad ciudadana solo sea un devenir de esas acciones.

En otras palabras, bajo ejemplo es cambiar acciones como que los policías en vez de estar parados esperando pescar a un infractor automovilístico por una falta administrativa, vigilen que no se realicen asaltos o actos criminales, ya que pareciera que los sueldos no les alcanzan para comprarse un desayuno digno, pero es muy probable que viejos esquemas de corrupción vengan detrás de ello.

Acciones como la anterior dañan la Seguridad de las personas, debemos dejar atrás la calificación del hecho en sí mismo, e irnos al fondo de ellos, es observar sí el trato que se les da a los cuerpos policíacos es justo, o no? y luego entonces identificar sus precariedades para solventarlas, el trato que se les da a las personas que integran a estos cuerpos de seguridad son en verdad lastimosos.

De la misma forma podemos observar el mal trato que gobernantes sin escrúpulos realizan a las policías (personas), caso paradigmático es a la Policía Auxiliar de la Ciudad de México, quienes no son tratados por el mismo gobierno con dignidad y decoro sino que sirven como cuerpos de seguridad personal en eventos de origen privado; se debe abandonar prácticas como la obligatoriedad de "dobletear", es decir que no doblen turnos después de haber trabajo jornadas de 24 horas por 24, y un largo etcétera que sufren quienes la conforman. Cambiar el enfoque de protección es vital para buscar una nueva ruta que construya la Paz por medio de la gobernanza sustantiva en acciones de seguridad efectiva.

Ya que es la principal  demanda que hoy por hoy aqueja a la sociedad mexicana, continuar instalados en el odio solo nos seguirá llevando a la violencia estructural, sistémica y cotidiana que vivimos.

Bibliografía.

BUXARRAIS, MA. ROSA, “Educar para la solidaridad”, Boletín de Educación en Valores de la Organización de Estados Iberoamericanos, Las Segovias, 2008, Originalmente publicado por la ONG Acsur Las Segovias. Recuperado de: https://www.oei.es/historico/valores2/boletin8.htm

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SECRETARIADO EJECUTIVO DEL SISTEMA NACIONAL DE SEGURIDAD PÚBLICA, Informe de Incidencia Delictiva 2018: Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas CNSP/38/15, México, agosto 2018, p.2. http://secretariadoejecutivo.gob.mx/docs/pdfs/nueva-metodologia/CNSP-Delitos-2018.pdf

SOBRADOS-LEÓN, MARITZA, “Desarrollo Humano y Solidaridad en el Mundo Globalizado”, en Gómez y Méndez J. Manuel (comp.), Derechos Humanos emergentes y periodismo, España, Universidad de Sevilla, Departamento de Periodismo II. https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/31132/pliegos52.pdf?sequence=1&isAllowed=y



[1] Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Informe de Incidencia Delictiva 2018: Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas CNSP/38/15, México, agosto 2018, p.2. http://secretariadoejecutivo.gob.mx/docs/pdfs/nueva-metodologia/CNSP-Delitos-2018.pdf
[2] Dato integrado por Secuestros, tráfico de menores, rapto, y otros delitos que atentan contra la libertad personal.
[3] Este delito se encuentra conformado por abuso sexual, acoso sexual, hostigamientos sexual, violación simple, violación equiparable, incesto y otros que atentan contra la libertad y la seguridad sexual.
[4] El delito contra el patrimonio se encuentra  integrado por: total de robos, fraudes, abusos de confianza, extorsión, daño a la propiedad, despojo y otros delitos contra el patrimonio.
[5] El delito contra la familia se encuentra conformado por: violencia familiar, violencia de género en todas sus modalidades distinta a la violencia familiar, incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar, otros delitos contra la familia.
[6] El delito contra otros bienes jurídicos afectados se encuentra integrado por: narcotráfico, amenazas, allanamiento de morada, evasión de presos, falsedad, falsificación, contra el medio ambiente, delitos cometidos por servidores públicos, electorales y otros delitos del fuero común.
[7] Conceptos adaptados de: Human Security Unit: Application of the Human Security Concept and the United Nations Trust Fund for Human Security, Office for the Coordination of Humanitarian Affairs, United Nations.
[8] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe para el Desarrollo 1994, trad. De Bugni & Rivkin, México, Fondo de Cultura Económica S.A de C.V., 1994, p. 25.
[9] Ídem.
[10] Ibídem, p. 27.
[11] Ibídem, p. 26.
[12] Ídem.
[13] Sobrados-León, Maritza, “Desarrollo Humano y Solidaridad en el Mundo Globalizado”, en Gómez y Méndez J. Manuel (comp.), Derechos Humanos emergentes y periodismo, España, Universidad de Sevilla, Departamento de Periodismo II, 2014, pp. 816-828. https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/31132/pliegos52.pdf?sequence=1&isAllowed=y
[14] Buxarrais, Ma. Rosa, “Educar para la solidaridad”, Boletín de Educación en Valores de la Organización de Estados Iberoamericanos, Las Segovias, 2008, Originalmente publicado por la ONG Acsur Las Segovias. Recuperado de: https://www.oei.es/historico/valores2/boletin8.htm
[15] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, op. cit., nota 2, p. 26.
[16] Ídem.
[17] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, op. cit., nota 2, p. 26.
[18] El Informe para el Desarrollo 1994, establece cada una de las categorías pudiéndoles ubicar dentro del cuerpo del texto a partir de la página 28.
[19] Ibídem, pp. 26-27.
[20] Ibídem, p. 34.
[21] Ibídem, p. 35.
[22] Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, “México: investigación del caso Ayotzinapa afectada por torturas y encubrimientos, señala informe de la ONU”, Resumen de Informe Ejecutivo de Naciones Unidas: Caso Ayotzinapa, Ginebra, rescatado de: https://www.ohchr.org/sp/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=22830&LangID=S
[23] Moloeznik, M.P, “La seguridad humana. Un nuevo enfoque impulsado por la ONU”, en Renglones, revista de ITESO, núm. 51, Seguridad, la asignatura pendiente, mayo-agosto 2002, Tlaquepaque, Jalisco, ITESO, pp. 45-51.
[24] Palacios Arzate, José L., et al., “El concepto de seguridad ciudadana: una perspectiva de los estudios de la paz”, en Estrada Rodríguez, José L. (comp.), Seguridad Ciudadana: Visión compartidas, México, Instituto de Administración Pública del Estado, Universidad Autónoma del Estado de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 2014, pp. 45-66.
[25] Instituto de Defensa Legal/Centro de Promoción Social para la Seguridad Ciudadana, “Proyectos piloto de comités para la seguridad ciudadana. El ABC de la seguridad ciudadana”, Lima, 2003, Instituto de Defensa Legal/Centro de Promoción Social para la Seguridad Ciudadana.
[26] Moloeznik, M.P, op cit., nota 23, p. 46.

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