Posiblemente la concepción filosófica del “eterno retorno”
de Nietzsche sea el destino manifiesto de los derechos humanos, ya que estos
viven una y otra vez, de manera repetida los eventos que les “instrumentalicen”,
que ante la extinción de su alcance efectivo, se tengan que volver a
reinterpretar para volver a crearse, bajo este pensamiento se tendrá que
regresar una y otra vez al origen de los derechos humanos, debido al
estallamiento por un conflicto entre quienes encuentren violentada su dignidad humana y
quienes las perpetren; en su caso generalmente debido a la violación de dos principios
fundamentales: primero por la No discriminación e Igualdad, y posteriormente
por las normas consagradas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
y que cada vez se ve más compleja por la la dinámica que les hace conflagrarse.
Uno de estos retrocesos, se ha centrado en las instituciones
que dan estructura al Estado, este entre pase a lo material, por medio del
gobierno quienes colocan a personas en los puestos de operatividad, es así como
de esta dinámica no se escapan las instituciones nacionales de los derechos
humanos, que se ven fundamentadas y motivadas en los Principios de París,
regresar hasta este punto resultaría un tanto tedioso para las sedes donde
residen las ombudsperson de cada país, pero que se vuelve indispensable para
situar el alcance y magnitud de los derechos humanos.
En el caso que ocupa: el mexicano; los Principios de París recobran
un valor esencial para refundar dichas instancias, debido al alto grado de
instrumentalización que llega a la violación de los derechos humanos de quienes
en ellas colaboran, creando una paradoja contra-convencional, partiendo de las
competencias y atribuciones respecto a la obligatoriedad de promover y proteger
los derechos humanos, de igual manera cuentan con la facultad de autosumisión
para dictaminar, recomendar, proponer e informar sobre todas las cuestiones
relativas a la protección y promoción de los derechos humanos (punto 3.a.), más
sin embargo, esta no quiere decir que en dichas herramientas se exculpe a las
autoridades, y mucho menos que se auto-exculpe, esta paradoja no fue ni
siquiera dimensionada por la naturaleza de los Principios.
Y que ahora las diferentes Comisiones estatales de los
Derechos Humanos en México viven en la paradoja absoluta del paradigma, ya en
2012 salía a luz pública el acoso sexual que sufrían varias trabajadoras por
parte de Zárate Vite, lo que ya era un secreto a voces el grado de misoginia y
acoso en dicha institución, posteriormente la Comisión de los Derechos Humanos
del Distrito Federal vive su propia historia de instrumentalización de los
derechos humanos al llegar a la presidencia una ficha del ajedrez político del ex-Secretario
de Gobierno del Distrito Federal Héctor Serrano, al imponer a Perla Gómez en el
puesto, en un proceso turbio y sucio.
De esta manera, la protección de los derechos humanos se ve
cooptada, los Principios de París completamente violados, solamente faltaba la
materialización de la infamia, lo que sucede en las marchas contra la llegada a
la presidencia Peña Nieto y que se perfeccionaron con las manifestaciones por
la desaparición forzada de los 43 estudiantes en Ayotzinapa. No obstante a esto,
la misma Perla Gómez supera las expectativas de violaciones a los derechos
humanos, siendo ella la protagonista de los mismos, por medio de la violación a
los derechos humanos laborales de quienes trabajan en la Comisión, así el
pasado 26 de julio Claudia Patricia Juan Pineda protagonizó un escándalo que
cimbró la institución, cuando se da a conocer una serie de violaciones al artículo
23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos violando las condiciones
equitativas y satisfactorias de trabajo, el derecho a ninguna discriminación, a
igual salario por trabajo e incluso se viola el derecho a fundar sindicatos,
cuando personas trabajadoras vieron la terrible necesidad de proteger sus
derechos violados e incluso a su integridad física y reputación profesional
como el caso de Carolina Luna, pero ¿Quién podría pensar que las Instituciones
de los Derechos Humanos tuvieran la necesidad de fundar sindicatos para
proteger los derechos de quienes trabajan en ella, cuando por naturaleza de la
institución debería velar por ellos en cualquier momento?, pues sí, en México
si es necesario.
La inacción de Perla Gómez fue extraordinaria, el derroche
de prepotencia sin precedente en el Distrito Federal; ahora se une al selecto
grupo de anti-ombudsman de México, en donde podemos encontrar a Raúl Plascencia
Villanueva, José Luis Soberanes y otros perfiles devastadores para los derechos
humanos incluso de sus colaboradores como el caso de la ex Subsecretaria de
Derechos Humanos de Gobernación Lía Limón García quien protagonizara una
situación de violencia laboral con queja en la misma CDHDF.
Todos ellos tienen características similares: prepotencia en
su conducción tanto en la interlocución interna como externa, soberbia, tiranía,
negligencia, discriminación, necedad, violencia y una actitud déspota con sus
colaboradores, todavía en la actualidad se tiene del conocimiento que varias
personas, senadoras, diputadas y defensoras de derechos humanos gozan de esta
misma situación, hecho que se ha corrido como pólvora en las filas de
activistas, este doble discurso por quienes dicen defender derechos humanos y
de género, son ya detectadas, lo que genera un conocimiento generalizado de sus
perfiles, que las convierte en no aptas para puestos para defender derechos
humanos.
Desafortunadamente, son pocos los perfiles que actualmente
cuentan con un decoro ético en su conducta con sus colaboradores, como es el
caso de Martha Tagle Senadora de la República, Sara Irene Herrerías Titular de
la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de
Gobernación, Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros Subprocuradora
para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género del Estado de
México, Teresa Incháustegui Directora General del Inmujeres del Distrito
Federal, Patricia Mercado Secretaria de Gobierno del Distrito Federal, Ricardo
Bucio Presidente de Conapred, Jaime Rochin del Rincon Consejero Presidente de
la CEAV, Roberto Campa actual Secretario de Derechos Humanos de Gobernación, todas
ellas cuentan con un perfil altamente competente pero sobre todo, por su
calidad ética en la conducción y respeto de los derechos humanos de sus
colaboradores, ¿cómo hablar del respeto y protección a los derechos humanos
sino se comienza en su propio espacio laboral?, algo que debería de aprender
Perla Gómez.
C.L Rodolfo Vitela Melgar
Por la conquista de nuestros derechos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario