El comercio de seres humanos está creando una nueva clase de esclavos, hombres y mujeres obligados a cruzar “al otro lado” en busca del empleo que los gobiernos mexicanos son incapaces de ofrecerles en ese lado. Esta vez, no son negros encadenados, propiedad de los terratenientes racistas del sur, sino ciudadanos mexicanos presas de la opresión de despiadados tratantes de personas.
La semana pasada se dio a conocer una preocupante noticia que, hasta donde se observa, no recibió la debida atención de las autoridades mexicanas (para no variar). El Departamento de Seguridad Interna acusó a 22 sospechosos en Houston, Texas, de vender inmigrantes mexicanos usando compañías de servicio de transporte para introducirlos ilegalmente a EU. Una vez en EU, los traficantes, la mayoría texanos de origen mexicano, los encerraban en “casas clandestinas”, resguardadas por hombres armados y perros de asalto para impedir que huyeran. Las autoridades detuvieron a 81 inmigrantes que vivían en condiciones de esclavitud, secuestrados por los tratantes hasta que alguien pagara 650 dólares a cambio de su libertad. Con excepción de uno, con antecedentes penales, el resto fue deportado a México.
El informe más reciente sobre Trata de Personas del Departamento de Estado dice que México es una “enorme fuente, tránsito y destino” de personas traficadas con fines comerciales de explotación sexual y “trabajo forzado”. Mujeres, menores de edad, indígenas y “emigrantes indocumentados”, son los grupos más vulnerables. “Los traficantes de seres humanos son delincuentes sin escrúpulos que abusan y reditúan de personas que buscan una nueva vida en nuestro país”, aseguró John Morton, subsecretario asistente para Inmigración y Aduanas.
Aun con la recesión, EU sigue siendo mejor opción laboral que México pues ofrece salarios más altos (en México, el ingreso per cápita equivale a un cuarto del de EU). La enorme concentración de la riqueza, los monopolios públicos y privados, la impunidad, corrupción e ineptitud de los gobiernos mexicanos, del partido que sean, siguen impidiendo la creación de buenos y bien pagados empleos. En tanto que esto no cambie seguirá la emigración. Atraídos por el espejismo de una “nueva vida” en EU, millones de mexicanos seguirán encontrando discriminación y explotación.
NEGOCIO ILÍCITO #1
La trata de personas representa hoy el negocio ilegal de mayor crecimiento y, según los pronósticos, este año promete destronar al tráfico de drogas como fuente número uno de dinero ilícito. La ONU estima que el comercio de personas genera ingresos anuales por 32,000 mdd. Otros estudios los ubican en 40,000 mdd. Según el Departamento de Estado, entre 600,000 y 800,000 personas son traficadas cada año. A su vez, la Organización Internacional del Trabajo precisa que existen 12.3 millones de personas que trabajan en condiciones de esclavitud en el mundo, de las cuales 2.4 millones fueron “vendidas”. De éstas, 80% son explotadas sexualmente y el resto realiza faenas de trabajo esclavo.
OBAMA Y CALDERÓN, DISIMILES
De acuerdo con una nota de El Universal, el embajador Arturo Sarukhan habría dicho que si bien “América Latina no es prioridad para EU, México es afortunado por la cercana y estrecha colaboración entre los presidentes Calderón y Obama”. Aclaración: la “estrecha y cercana” colaboración, reducida al ámbito antinarcóticos, es entre las burocracias, responsables de la instrumentación de la Iniciativa Mérida, no entre Obama y Calderón.
Obama es un líder carismático y de ideas progresistas, a la izquierda del acartonado y reaccionario de Calderón; Obama lucha por darle plenos derechos a los gays y lesbianas, Calderón raya en la homofobia; Obama está a favor del aborto, Calderón es “pro-vida” y no reconoce el derecho de toda mujer a decidir sobre su cuerpo. No le sigo por falta de espacio. Pero, de haber un líder latinoamericano ideológica y químicamente cerca de Obama, ese sería Lula, no Calderón. Imposible comparar peras con manzanas.
Dolia Estévez
11/02/10 :: 09:59
lunes, 15 de febrero de 2010
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