viernes, 24 de enero de 2014

Educación privada: formadores de capataces, discriminadores y deshumanos; Derecho Humano restringido y calidad privatizada.


La educación ha sido analizada desde varia vertientes, pero generalmente es desde la perspectiva de la obligatoriedad del Estado a su cumplimiento desde el ámbito público, de esta manera se da cumplimiento, a partir de los derechos humanos al artículo 26.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), al señalar que: “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos”.
Sin embargo, la realidad de los países es la falta de centros educativos cuantitativamente, siendo por tal insuficientes, y peor aún los aspectos cualitativos son más deficientes, por ello existen otras opciones donde las personas tutoras pueden elegir bajo su cosmovisión la mejor de ellas, y que al mismo tiempo en consecución al artículo 26.3 de la DUDH: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”,  las cuales se encuentran en un mercado ofertante en la educación privada. En estas últimas existe un sinnúmero de opciones que pueden ser elegidas en base a religión, poder adquisitivo, regionalidad  (con sistemas nacionales o extranjeros) y por su calidad académica, dentro de este grupo de opciones podemos encontrar aquellas escuelas que tienen un sistema de calidad educativa alta, por tanto, buscan la validación académica con dicho estándar de calidad en el proceso educativo para poderlo ofrecer, encontrando respuesta en planes y sistema educativos internacionales con alto reconocimiento y experiencia en dicha actividad, uno de estos ejemplos lo podemos encontrar en IB, Bachillerato Internacional, el cual tiene como misión: “crear un mundo mejor a través de la educación[1]”, con la meta de “formar jóvenes solidarios, informados y ávidos de conocimiento, capaces de contribuir a crear un mundo mejor y más pacífico, en el marco del entendimiento mutuo y el respeto intercultural[2]”.
Lo anterior da cumplimiento al artículo 26.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, respecto a que: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz[3]”.
Pero lamentablemente, al entrar sistemas como el IB en una cultura donde se privilegia la mediocridad, falta de respeto de la dignidad humana al profesorado, y demás personas que laboran en las escuelas, quienes se exponen a la discriminación constante de las y los alumnos, padres y madres de familia e incluso a las arbitrariedades de las autoridades, quienes se rigen por razones de negocios y no por razones para el mejor desarrollo de la personalidad de las personas educandas, por tanto, al guiarse por el referente de que el cliente tiene la razón, es que las autoridades bajan los estándares educativos, para que así pasen sin mucho esfuerzo, sin esa avidez del conocimiento, ya que las quejas hacia profesores que buscan la superación académica e intelectual se basan en las opiniones y criterios de las alumnas y alumnos en formación temprana, quienes no tienen formado su criterio y que por la cantidad de recursos económicos, la falta de atención de los padres, la sobreprotección a los caprichos de estos, es que la calificación de personas expertas en diferentes campos del conocimiento humano, se ven sometidas a ellos.
Peor aún, la discriminación y estigmatización hacia las y los profesores por parte del alumnado e incluso de los mismos padres de familia forman parte del criterio de la evaluación del desempeño en la calidad académica, hechos que se materializan lamentablemente en la conducta agresiva hacia quienes dedican su vida a la enseñanza de calidad; porque una vez sea dicho de paso las escuelas privadas piden no solamente un alto conocimiento y calidad pedagogía a quienes laboran en dichas instituciones sino que se basan en resultados que deben cubrir las y los profesores.
De tal manera, que en muchas de estas escuelas el trato no es digno hacia la planta docente, sino que por el contrario son objetos de toda clase de discriminación, segregación e incluso de insultos; pero no solamente este es el problema sino que se recrudece cuando llegan directivos que solo buscan darle la razón a la indisciplina académica, al soborno de los regalos y adulaciones, a la construcción dicotómica del profesor barco y bueno al profesor exigente y malo, cuando las y los hijos de las personas directivas o dueñas de las escuelas se ven amenazados por intereses mezquinos, planteles en donde sus hijas e hijos se encuentran becados, provenientes de sistemas educativos con menor calidad en el proceso educativo y de disciplina metodológica, y que para sus hijos/as pasen intentan bajar la carga académica en aras de solapar las necedades y flojera de sus vástagos, solicitando a su profesorado hacerlo, sin importar la reputación bien ganada en años tanto de la institución educativa como de su planta docente experta en temas específicos como lo es el IB.
Pero eso sí, se premia la insolencia, la majadería, altanería y caprichos de infantes desarticulados por la mala calidad en la educación que se hace en casa y que se traslada a la escuela, de tal manera que hoy se privilegia la educación para reforzar conductas despóticas, flojas, mediocres, discriminadoras y faltantes de solidaridad humana; proceso que atraviesa hoy una escuela al sur de la ciudad y que de seguir así pronto veremos su declive.
Así que los resultados en ambos ámbitos educativos, públicos y privados, solo harán generaciones mediocres, flojas, más intolerantes, frustradas y con un desarrollo personal interrumpido, corrompido por la cultura de la discriminación y la desigualdad social.
Por la conquista de todos nuestros derechos.
C.L. Rodolfo Vitela Melgar.