jueves, 13 de noviembre de 2008

El infortunio le cayó del cielo

Historias: Pedro Sánchez Arteaga • víctima olvidada del avionazo

Familiares de ese sindicalista universitario aún no reciben el apoyo de ninguna autoridad, por lo que se quejan de discriminación.

Justo en la zona cero, Pedro Sánchez Arteaga, sindicalista histórico en la UNAM, jubilado y con muchos planes de construcción de vida, estacionó su vehículo y se quedó en él a esperar a su hijo Pedro Alberto, sin sospechar que el infortunio le caería del cielo.
Sin tiempo para reaccionar, el compadre Pedro, como muchos le decían, de pronto estuvo envuelto en llamas y sufrió graneados restos de metal. Poco le sirvió el auxilio que le dieron vecinos y rescatistas. Murió en el hospital Veinte de Noviembre al día siguiente.

Hoy la familia no ha recibido apoyo institucionaldel sindicato, ni de las autoridades de la UNAM ni del gobierno capitalino ni mucho menos del federal.
Esta historia de discriminación llegó en días recientes a las oficinas de Felipe Calderón en la Presidencia y de Fernando Gómez Mont en la Secretaría de Gobernación. La envió, con tono recriminante, el paisano michoacano de Tuxpan de Pedro Sánchez, amigo de la familia y “compañero de sueños”: Arturo Martínez Nateras.

A continuación, el texto íntegro de las cartas:

“Pedro Sánchez Arteaga trasciende como sindicalista universitario, miembro de la comunidad universitaria nacional y de la UNAM”, escribió en las misivas Martínez Nateras.

“El compadre Pedro, como lo tratábamos muchos de sus amigos y familiares, fue auxiliado por algunos vecinos y rescatistas, trasladado al hospital Veinte de Noviembre donde murió al mediodía siguiente.
La familia vivió el vía crucis desde esos momentos, a partir de que una señora llamó a casa de su hermano Casildo avisando del siniestro.

“Pedro todavía tuvo vida para entregar sus documentos, dar el número del teléfono y pedir que avisaran a su familia. Pero, luego las señales del caos, cuando fue trasladado en una ambulancia con rumbo desconocido.“

La familia buscó infructuosamente, sin conseguir auxilio de nadie; igual le ocurrió del hospital al forense, donde mediante los tradicionales usos y costumbres recibieron los restos, la madrugada del 6 (dos días después) para trasladarlos a Tuxpan.

“Pedro Sánchez Arteaga es una víctima civil del avionazo, tiene derecho y méritos sobrados para que su familia reciba la reparación del daño y la indemnización en las mismas condiciones que todos los mexicanos que perecieron trágicamente ese día.

La discriminación es lamentable en cualquier circunstancia; ningún gobierno debe ser excluyente nunca y mucho menos con víctimas de una tragedia.
“Pedro merecía formar parte del duelo general, del funeral y de un homenaje igualitario a todas las víctimas para el cual aún hay tiempo. Pero ésta es una ilusión en las condiciones actuales.

Pedro Sánchez Arteaga es un héroe real de lo cotidiano. Deja huella verdadera como un mexicano progresista, productivo, laborioso, honesto; como buen hijo, excelente padre, esposo y abuelo amoroso, jefe de un núcleo familiar de gente honorable y siempre unida.
Tenía la ilusión de volver a vivir a Tuxpan.
Pero le alcanzó esa causalidad de lo que no tenía culpa.”
Rogelio Hernández López

http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=676793&sec=19

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