viernes, 7 de agosto de 2015

¿Sindicalismo en la CDHDF? La paradoja del paradigma… Ombudsman que violan derechos humanos laborales

Posiblemente la concepción filosófica del “eterno retorno” de Nietzsche sea el destino manifiesto de los derechos humanos, ya que estos viven una y otra vez, de manera repetida los eventos que les “instrumentalicen”, que ante la extinción de su alcance efectivo, se tengan que volver a reinterpretar para volver a crearse, bajo este pensamiento se tendrá que regresar una y otra vez al origen de los derechos humanos, debido al estallamiento por un conflicto entre quienes  encuentren violentada su dignidad humana y quienes las perpetren; en su caso generalmente debido a la violación de dos principios fundamentales: primero por la No discriminación e Igualdad, y posteriormente por las normas consagradas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y que cada vez se ve más compleja por la la dinámica que les hace conflagrarse.
Uno de estos retrocesos, se ha centrado en las instituciones que dan estructura al Estado, este entre pase a lo material, por medio del gobierno quienes colocan a personas en los puestos de operatividad, es así como de esta dinámica no se escapan las instituciones nacionales de los derechos humanos, que se ven fundamentadas y motivadas en los Principios de París, regresar hasta este punto resultaría un tanto tedioso para las sedes donde residen las ombudsperson de cada país, pero que se vuelve indispensable para situar el alcance y magnitud de los derechos humanos.
En el caso que ocupa: el mexicano; los Principios de París recobran un valor esencial para refundar dichas instancias, debido al alto grado de instrumentalización que llega a la violación de los derechos humanos de quienes en ellas colaboran, creando una paradoja contra-convencional, partiendo de las competencias y atribuciones respecto a la obligatoriedad de promover y proteger los derechos humanos, de igual manera cuentan con la facultad de autosumisión para dictaminar, recomendar, proponer e informar sobre todas las cuestiones relativas a la protección y promoción de los derechos humanos (punto 3.a.), más sin embargo, esta no quiere decir que en dichas herramientas se exculpe a las autoridades, y mucho menos que se auto-exculpe, esta paradoja no fue ni siquiera dimensionada por la naturaleza de los Principios.
Y que ahora las diferentes Comisiones estatales de los Derechos Humanos en México viven en la paradoja absoluta del paradigma, ya en 2012 salía a luz pública el acoso sexual que sufrían varias trabajadoras por parte de Zárate Vite, lo que ya era un secreto a voces el grado de misoginia y acoso en dicha institución, posteriormente la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal vive su propia historia de instrumentalización de los derechos humanos al llegar a la presidencia una ficha del ajedrez político del ex-Secretario de Gobierno del Distrito Federal Héctor Serrano, al imponer a Perla Gómez en el puesto, en un proceso turbio y sucio.
De esta manera, la protección de los derechos humanos se ve cooptada, los Principios de París completamente violados, solamente faltaba la materialización de la infamia, lo que sucede en las marchas contra la llegada a la presidencia Peña Nieto y que se perfeccionaron con las manifestaciones por la desaparición forzada de los 43 estudiantes en Ayotzinapa. No obstante a esto, la misma Perla Gómez supera las expectativas de violaciones a los derechos humanos, siendo ella la protagonista de los mismos, por medio de la violación a los derechos humanos laborales de quienes trabajan en la Comisión, así el pasado 26 de julio Claudia Patricia Juan Pineda protagonizó un escándalo que cimbró la institución, cuando se da a conocer una serie de violaciones al artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos violando las condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, el derecho a ninguna discriminación, a igual salario por trabajo e incluso se viola el derecho a fundar sindicatos, cuando personas trabajadoras vieron la terrible necesidad de proteger sus derechos violados e incluso a su integridad física y reputación profesional como el caso de Carolina Luna, pero ¿Quién podría pensar que las Instituciones de los Derechos Humanos tuvieran la necesidad de fundar sindicatos para proteger los derechos de quienes trabajan en ella, cuando por naturaleza de la institución debería velar por ellos en cualquier momento?, pues sí, en México si es necesario.
La inacción de Perla Gómez fue extraordinaria, el derroche de prepotencia sin precedente en el Distrito Federal; ahora se une al selecto grupo de anti-ombudsman de México, en donde podemos encontrar a Raúl Plascencia Villanueva, José Luis Soberanes y otros perfiles devastadores para los derechos humanos incluso de sus colaboradores como el caso de la ex Subsecretaria de Derechos Humanos de Gobernación Lía Limón García quien protagonizara una situación de violencia laboral con queja en la misma CDHDF.
Todos ellos tienen características similares: prepotencia en su conducción tanto en la interlocución interna como externa, soberbia, tiranía, negligencia, discriminación, necedad, violencia y una actitud déspota con sus colaboradores, todavía en la actualidad se tiene del conocimiento que varias personas, senadoras, diputadas y defensoras de derechos humanos gozan de esta misma situación, hecho que se ha corrido como pólvora en las filas de activistas, este doble discurso por quienes dicen defender derechos humanos y de género, son ya detectadas, lo que genera un conocimiento generalizado de sus perfiles, que las convierte en no aptas para puestos para defender derechos humanos.
Desafortunadamente, son pocos los perfiles que actualmente cuentan con un decoro ético en su conducta con sus colaboradores, como es el caso de Martha Tagle Senadora de la República, Sara Irene Herrerías Titular de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros Subprocuradora para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género del Estado de México, Teresa Incháustegui Directora General del Inmujeres del Distrito Federal, Patricia Mercado Secretaria de Gobierno del Distrito Federal, Ricardo Bucio Presidente de Conapred, Jaime Rochin del Rincon Consejero Presidente de la CEAV, Roberto Campa actual Secretario de Derechos Humanos de Gobernación, todas ellas cuentan con un perfil altamente competente pero sobre todo, por su calidad ética en la conducción y respeto de los derechos humanos de sus colaboradores, ¿cómo hablar del respeto y protección a los derechos humanos sino se comienza en su propio espacio laboral?, algo que debería de aprender Perla Gómez.
C.L Rodolfo Vitela Melgar

Por la conquista de nuestros derechos.

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