lunes, 29 de octubre de 2018

Mi casa es tu casa… ante la xenofobia la fraternidad mexicana.

“Sólo el egoísmo tiene patria.
¡La fraternidad no la tiene!”

Alphonse de Lamartine

La falta absoluta de empatía por parte del gobierno mexicano, frente al paso de la caravana de migrantes centroamericanes ha dejado mucho que desear, bajo un contexto xenofóbico nacional –el cual no ha sido ni siquiera tocado por equivocación- las decisiones y soluciones planteadas por el presidente Peña Nieto quedan insuficientes y cortas a la realidad que se vive.

Esta solución no defiende de manera efectiva ni sustancial la dignidad humana y por tanto, pone en riesgo la vida misma, lo que evidencia desafortunadamente la falta de liderazgo por parte de gobernación, de personal desperfilado en temas de migración y derecho internacional humanitario.

Ante esta falta, gobiernos locales como el Distrito Federal, hoy Ciudad de México,  han tenido que verse obligadas a reaccionar, que para el caso en particular, ha sido de manera respetuosa de los derechos humanos de quienes migran, y poder dar la protección a la dignidad de quienes se han visto obligadas abandonar sus hogares, para poder sobrevivir.
La Migracion y sus Causas
Imagen de Editorial MD

Sin embargo, el cobijo de los derechos humanos no es suficiente, nos enfrentamos a un problema con diferentes tipos de soluciones, temporales, provisionales y permanentes; ante la satisfacción de necesidades básicas para que la vida sea protegida. Como tampoco es suficiente el gran esfuerzo que realizan el gobierno entrante en conjunción con el saliente, se requiere y necesita de la participación y ayuda de la Cámara de Senadores y Diputados, ante la coyuntura entre relevo de mando que enfrentamos, para cubrir los huecos para actuar.

Tenemos que ir previendo que esto no se resolverá a corto plazo, ya que es conocida la postura de Donald Trump al respecto de la migración llamada “ilegal” o sin documentos migratorios.

Por lo que es muy probable que al llegar la caravana de migrantes a nuestra frontera norte, ya sea a Tijuana o Tamaulipas, se enfrenten con la realidad de miles que les anteceden, no poder cruzar hacia el otro lado. Hechos que darán como resultado, que miles de personas queden en un “entrepase” jurisdiccional, por su calidad y situación migratoria indeterminada, lo que puede vulnerar aún más su precariedad.

Aspectos importantes como la salud y la seguridad son ya retos que debemos de estar previendo que sucederán muy probablemente, que tendrán que ser abordados con la participación de migrantes, quienes debemos ya de considerarles como víctimas.

Entonces ¿Qué vamos hacer pues, cuando pase lo que esperamos que suceda? Es decir cuando lleguen al final de México y no les dejen entrar a EEUU. Estrellándose como olas en acantilados caprichosos, terminados en picos crestados y bordes filosos. Y que no será la única oleada de migrantes que se de, menos ahora que Brasil a optado por un gobierno que podría generar migración forzada de grupos en situación de vulnerabilidad.

Tenemos que pensar en la frustración que esto generará, que puede colocar en riesgo grave sus vidas al intentar entrar de manera violenta, o el riesgo de ponerse en contacto con polleros que muy probablemente les timaran, o sí lograran tener éxito y pasaran al otro lado, advirtiéndoles lo que les espera y a las vicisitudes a las que se enfrentaran.

Podríamos comenzar, a pensar quizás en ¿cómo ayudar de manera sustancial? Previendo lo que les espera en el camino hacia el norte, temas como el frio invernal, al cual no están acostumbrades, y enfermedades como la influenza H1N1 y sus mutaciones, agravadas por la desnutrición y el cansancio del cuerpo por el paso del estresante camino ya recorrido.

Es cuando debemos de pensar en una nueva manera de reaccionar: solidaria y fraterna, empática con quienes sufren. Hacer efectivo aquel proverbio popular: “tu casa es mi casa”, proponiendo para ello diferentes líneas de acción, siempre teniendo en cuenta y en todo momento la dignidad de las personas.

Así lo previo a ello sería entablar rondas de interlocución para conocer sus necesidades y las metas que tienen, por medio de realizar censos, para obtener todo tipo de información relevante, así como para conocer estado de salud, datos personales y motivos de migración específicas, que les ayuden para obtener lo esperado.

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Imagen de El Siglo de la Fraternidad
Ayudarles a conseguir sus metas, nos obliga por lo menos, lo que a nosotres como nación nos corresponde, actuar como nos gustaría que nos trataran en los mismos EEUU, se podría por tanto pensar en:

1.    Ofrecerles transporte para todas, sin costo alguno, desde aquí o donde ya se encuentren;
2.    Asistencia alimentaria y médica durante el trayecto, y su arribo al destino que elles hayan manifestado como meta;
3.    Ofrecer información al respecto de situación que México tiene frente a la postura del gobierno de Trump;
4.    Ofrecer estancias migratorias, debidamente construidas, acondicionadas y equipados, de conformidad al Derecho Humanitario Internacional, para ser recibides de la mejor manera posible; Así se construirían dormitorios adecuados y suficientes, contar con un comedor comunitario, asistencia médica y hospitalaria suficiente y de calidad, servicios sanitarios seguros, y en fin todo aquello que vayan a requerir para una estancia larga, mientras deciden sí se quedan o sí se regresan o pasan.
5.    Solicitar a instancias internacionales de colaboración para atender estas instalaciones, como es la organización “Médicos sin fronteras”;
6.    Establecer acuerdos de colaboración con los Sistemas de protección de los derechos humanos para su debido monitoreo y evitar violaciones graves;
7.    Establecer mesas de dialogo con el gobierno de EEUU para la solución del conflicto, así como del país del que provienen;
8.    Y en último término transitar de la calidad de migrantes a refugiadas.

Una vez establecida su calidad migratoria como refugiadas, se estaría a lo dispuesto por el Derecho Internacional Humanitario para que la Cruz Roja Internacional administre estos espacios, mientras el gobierno mexicano planea una opción final para quienes decidan quedarse.

Un aspecto importante a resaltar es la seguridad, ya que los grupos armados pueden hacer de la suyas ante el mar revuelto, al mismo tiempo debemos de prever cualquier tipo de abuso de autoridad, por tanto podríamos estar en la posibilidad de solicitar apoyo a Naciones Unidas para el uso de Cascos Azules, ya que el terrible deterioro de nuestras policías y militares no genera certeza alguna.

Estamos, la nación mexicana, frente a una oportunidad histórica de responder solidaria y fraternamente ante el dolor y el sufrimiento humano, de enfrentar y vencer nuestra xenofobia de manera conjunta, haciendo prevalecer en otredad el amor a la humanidad.

Por la conquista de nuestros derechos
Rodolfo Vitela Melgar
Ciudadano libre.











1 comentario:

moshrabbi121 dijo...

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