Nudo gordiano
Por: Yuriria Sierra
Dios, los hombres y el aborto
Hecho consumado. Cuarenta y seis votos a favor, 19 en contra. Ganó el derecho a decidir. El de las mujeres. No el de la Iglesia. Y mucho menos el de los machos. No: de ahora en adelante, las mujeres del DF serán quienes decidan, en pleno reconocimiento del marco legal, si quieren o no interrumpir un embarazo no deseado. Fait accompli. Done. Finito. Sí: hecho consumado. En México, en su capital, ha ganado el libre pensamiento, la política de Estado, las luces y la razón, sobre la fe y el dogma. Pero, sobre todo, las mujeres: han ganado su legítima patria protestad sobre aquello que quizás es lo único verdaderamente suyo: su cuerpo, su salud, y sí, su vida… Y claro, su futuro. En estas semanas me pude percatar de que la carga cultural del debate por el aborto es mucho más medieval e incluso prehistórica (con todos los atributos del medioevo) de lo que parece. Y lo aseguro, por los argumentos que se escondían detrás de los planteamientos en contra. Voy por partes.
1) Aborto y derecho divino. Por más que busqué en la hemeroteca de Excélsior (una de las más antiguas y documentadas en nuestro país), sencillamente no encontré ninguna nota de ninguna conferencia de prensa ofrecida por Dios, en la que señalara que toda mujer que aborte se ganaría el derecho a quemarse eternamente en el Infierno, y ni siquiera que su alma se iría a penar al Limbo (y lo entiendo, toda vez que éste ni siquiera existe, según nos lo informó el Vaticano). No: Dios nunca se ha apersonado a pronunciarse sobre la interrupción del embarazo y no dejar duda a ese respecto. De la misma forma que nunca promulgó el derecho divino de un nacido en cuna real a gobernar al resto de los hombres y las mujeres de un país, sólo porque él era el siguiente en una imaginaria línea de imaginaria sangre azul. Así pues, ante la falta de evidencia divina, un buen día hombres y mujeres ilumináronse y reclamaron su legítimo derecho a decidir sobre sus destinos. Hoy, las mujeres, a decidir sobre su cuerpo…
2) Mujeres y cuerpo. Y desde los mismos tiempos en los que se aseguraba que Dios decidía sobre la sangre de los soberanos y hombres y mujeres tenían que aguantar el yugo de las monarquías porque Dios lo dice, así se aseguraba también que Dios decidía sobre el cuerpo de las mujeres y, en mucho, hasta hace muy poco, a las mujeres parecía no quedarles sino aguantarse. Un discurso de fe que ha dispuesto del cuerpo femenino y, en primera instancia, de su placer. Virginidad, castidad, fidelidad: las grandes exigencias (promovidas como "virtudes") cristianas que, en realidad, tienen el objetivo de invalidar el deseo y el placer sexual del sexo femenino. Un muy efectivo discurso de poder (Foucault dixit) cuya finalidad última es garantizar (o pretenderlo) que se blinde la certeza masculina respecto a la paternidad. Y es que sólo la virgen, la casta, la fiel, es quien le garantiza al macho que fue suya (y no la de ningún otro), "la simiente" que fecundó al óvulo. Y precisamente este discurso de poder, sobre el cuerpo y el placer femeninos, nos permite entender que sea, sobre todo el macho (y el mexicano más), el principal opositor a la despenalización del aborto:
3) Mujer, aborto y propiedad. El hombre (como especie) históricamente ha puesto a Dios como testigo de sus ambiciones y su poder (mucho o poco): "porque Dios así lo quiere". Dios quiere que yo y mi descendencia gobernemos por los siglos de los siglos, sobre ustedes, pobres esclavos cuyos destinos (e impuestos), además, le pertenecen a la corona. Dios quiere que a las brujas que practican religiones paganas (o bien a las mujeres que piensan) se las queme en leña verde. Dios quiere que los pobres sigan siendo pobres porque de ellos será el reino de los cielos. Dios quiere, incluso, que los hijos de Abraham se partan la madre: sus nietos por la vía de Ismael, defendiendo a Alá, sus nietos, por la de Jacob, defendiendo a Yahvé (y sus bisnietos a Jesús). Y, curiosamente, tanto los hijos como los nietos y los bisnietos de Dios comparten, hasta nuestros días, la patológica necesidad de dominar, controlar y subyugar el cuerpo y el placer de las mujeres. Musulmanes, judíos y cristianos. Es demasiado obvio: el "poder notarial" de Dios ha sido, históricamente, la mentira que ha permitido, en cualquier circunstancia, legitimar el poder y la propiedad de un macho o un grupo de machos. La propiedad de recursos materiales, pero sobre todo (y por lo menos) la de recursos humanos (en primera instancia de mujer e hijos). Esa mujer es mía, ese hijo es (indudablemente) mío. Y como me pertenecen, yo, macho, tengo que decidir sobre ambos cuerpos: el de ella, claro está, pero también el de la cría. Es demasiado obvio (aunque seguramente, demasiado velado para el inconsciente colectivo) por qué los opositores al aborto son mayoritariamente del sexo masculino y por qué su único argumento es un argumento de fe. Pero igual que sucedió en la Revolución Francesa —cuando los súbditos ganaron el derecho a decidir su forma de gobierno— ayer (y gracias a varios diputados, hombres y mujeres progresistas), las mujeres ganamos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.
http://www.nuevoexcelsior.com.mx/27_1807.htm
miércoles, 25 de abril de 2007
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2 comentarios:
Hola, lo unico que puedo decir es que cuando uno de sus familiares muera, tu estes enferma sin cura o incluso tu esposo o uno de tus hijos se muera frente a ti no te pongas triste, tu los pusiste en ese ataud, si tu poco cerebro no entiende la existenci de un Dios creador de todo el universo no por eso no existe, si un niño en una ciudad marginada del Africa no puede razonar en su mente la existencia de una computadora por eso la computadora no existe?? si ese mismo niño no esta de acuerdo con que ese artefacto funcione con energia electrica por eso no existe o es malo?? acaso tu elegiste los rangos de la presion arterial?? tu estabas presente cuando cada animal empezo a vivir?? tu elegiste cuantas neuronas debe tener cada cerebro?? tu decidiste la distancia entre el sol y la tierra?? tu decidiste cuantos meses deberia estar embarazada una mujer?? acaso tu escogiste la cantidad de plaquetas que debe de haber en un cuerpo?? acaso alguien te pregunto cuantos brazos deberia de tener un ser humano o un animal?? si no estuviste presente en ese momento y eres completamente ignorante de eso entonces no hables lo que no conoces.
An´nimo buenos días:
El artículo fue escrito por una periodísta, a la cual le puedes escribir, mediante la página de www.nuevoexcelsior.com.mx
Nudo gordiano
Por: Yuriria Sierra
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