domingo, 4 de octubre de 2009

Historiadora graba relatos de braceros

Por SANDRA BALTAZAR MARTINEZ © 2009 The Associated Press
Oct. 4, 2009, 6:38AM
Kristine Navarro ha escuchado muchas historias, pero las que más le preocupan son las que no han sido contadas aún.

Durante años, Navarro ha estado grabando las historias orales de decenas de mexicanos que trabajaron en el campo y en los ferrocarriles de por lo menos 26 estados como parte del programa de braceros que funcionó entre 1942 y 1964.

Navarro, directora del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas, de El Paso, graba todas sus historias. Al principio lo hizo con la intención de armar un archivo para la universidad, pero el proyecto se ha expandido e incluye ahora al Instituto Smitshoniano y otros colaboradores.

Hasta ahora, Navarro y su equipo entrevistaron a unos 40 braceros o las personas que los emplearon en Nuevo México. También tienen aportes de empleados, personal médico y capataces.

Los braceros cuentan sus luchas, la discriminación que padecieron, cómo los rociaban con insecticida cuando cruzaban la frontera, de las separaciones de sus familias y también de la satisfacción que les daba el poder enviar dinero a su gente.

"Habría que analizar mejor el impacto positivo que tuvieron en la economía", afirmó Navarro, en alusión no sólo al trabajo de los braceros, sino también a sus aportaciones a las economías locales, donde gastaban en comida y otras cosas.

La mayoría de los braceros eran personas saludables, que tenían entre 16 y 34 años, dijo Navarro. Si estaban enfermos o tenían algún problema médico, se les impedía ingresar al país.

En una de las entrevistas, un individuo que trabajó con los servicios médicos recordó que los reclutas de Colorado "golpeaban a los candidatos en la parte de atrás de las piernas para ver qué tan fuertes eran, para ver si eran aptos para trabajar en Colorado".

Cameron Saffell, director del departamento de historia del Museo de Las Cruces para la Herencia Agrícola y Ganadera, dijo que durante la Segunda Guerra Mundial los braceros reemplazaron a los estadounidenses que iban a combatir, cobijados por el Programa de Jornaleros de Emergencia.

Antes de la guerra mucha gente se había ido de las zonas rurales a las ciudades, por lo que había escasez crónica de mano de obra en el campo.

"Esa gente no regresó (a sus países) al acabar la guerra", expresó Saffell. "Las organizaciones agrícolas decían, 'Necesitamos gente que haga el trabajo' y los braceros eran los únicos que lo hacían".

La mayoría eran contratados por temporada, aunque algunos venían por nueve e incluso 12 meses, pero siempre tenían que regresar a México.

Algunos estados trajeron braceros de Canadá y Haití, pero otros, incluido Nuevo México, contrataban sólo mexicanos porque los consideraban trabajadores fuertes, saludables y empeñosos.

A menudo se les pedía que mostrasen sus manos para corroborar si tenían callos. "Uno buscaba trabajadores curtidos", afirmó Saffell y los mexicanos eran muy bien vistos, especialmente después de que los prisioneros de guerra italianos y alemanes, que trabajaron mucho tiempo en el campo en Estados Unidos después de la guerra, comenzaron a mostrarse renuentes a continuar en esas tareas.

Se calcula que unos 2,5 millones de braceros vinieron a Estados Unidos en los 22 años que duró el programa.

Cuando eran contratados, autorizaban a que les dedujesen un 10% de sus sueldos. El dinero era depositado en cuentas de ahorros y debía servir como incentivo para que regresasen a México.

El gobierno estadounidense retiraba los fondos y lo transfería al gobierno mexicano. Las autoridades mexicanas debían distribuir el dinero entre los braceros que regresaban, pero con frecuencia eso no sucedió y miles de braceros siguen esperando su dinero.

Durante la presidencia de Vicente Fox se entregaron el equivalente a 3.500 dólares a esos braceros. El actual presidente, Felipe Calderón, ha hecho que el trámite sea más complicado todavía, según Rosa Martha Zárate, coordinadora de las Organizaciones Binacionales de Ex Braceros de Los Angeles.

Zárate dijo que México planeaba distribuir unos 50 millones de dólares de "asistencia social" entre más de 172.000 braceros o sus beneficiarios. En junio, no obstante, se informó que distribuirían unos 300 dólares anuales hasta que se llegase a los 3.500 dólares.

Molestos con la actitud del gobierno de Calderón, organizaciones de braceros hicieron piquetes frente a consulados mexicanos en todo Estados Unidos el martes pasado, según Zárate.

"Iremos a los consulados a denunciar al gobierno de Calderón porque es el que firma estas nuevas leyes", dijo Zárate.

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Información del diario The Santa Fe New Mexican:
http://www.sfnewmexican.com

http://www.chron.com/disp/story.mpl/sp/us/6651578.html

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