miércoles, 26 de septiembre de 2007

El aborto no es cosa de chicas

Al margen de la edad, los riesgos son los mismos, dice experta
El aborto no es cosa de chicas
La mayoría de las interrupciones de embarazo clandestinas son de mujeres mayores a los 20 años, según estadísticas del INEGI.

26-Septiembre-07

Liz y su novio Víctor vieron azorados los resultados de la prueba casera que se hizo ella cuando se retrasó su periodo: sí, estaba embarazada. Se hicieron preguntas mil veces formuladas: ¿qué dirán nuestros padres y amigos? ¿Cómo podremos mantener a un bebé? ¿Estaremos listos para ser padres?Optaron por recurrir al aborto. Una compañera de trabajo de Liz les recomendó a un doctor y éste recetó unas pastillas que debían inducirle el aborto. La idea era que luego fueran al hospital donde el caso se manejaría como si hubiera sido un aborto espontáneo.¿El costo? 5 mil 300 pesos, para cubrir los honorarios del galeno y la consulta hospitalaria, más o otros mil para comprar las pastillas.“Cuando salimos de ahí mi novia se arrepintió, y dijo que sería mejor pedir ayuda a nuestras familias, pero ya era demasiado tarde”, contó Víctor. Lo que pasó es que el médico le practicó a la joven una ecografía vaginal y le hizo una auscultación, prácticas contraindicadas por expertos: entre el estrés por la situación, el examen y los tocamientos, la pareja perdió a su bebé.Liz y Víctor tuvieron su aborto a pesar de su arrepentimiento. Como ellos, cada año unas 200 mil parejas en México terminan con sus embarazos, sea al amparo de la ley o, como ellos, en una clandestinidad peligrosa.

María del Refugio Ávila Carmona, secretaria ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León, dice que las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática daban 200 mil abortos anuales en 2000. Pero nadie sabe a ciencia cierta cuántos se realizan.“Todos estos estudios que se hacen no nos dicen la realidad ni de éste ni de otro estado”, aceptó la doctora, “porque son datos que desgraciadamente no se trabajan muy frecuentemente y en los que son muchos los factores involucrados; aunque sí hay indicios de que aparentemente la tasa de abortos de aquí ha bajado en el transcurso de los años”.

En todo caso, las cifras redondeadas hablan de una incidencia nacional de 19 por ciento, y una estatal de 19.1 por ciento. En esto Nuevo León es una entidad promedio.Pero si los indicadores apuntan a una cosa con claridad es que, contra la percepción generalizada, la suspensión del embarazo no es una práctica que predomine sobre todo en adolescentes aterrorizadas ante la idea de tener un bebé.“Es importante mencionar que por lo general se habla de que son las jóvenes adolescentes las que están abortando; sin embargo los registros reales y confiables que se tienen es que la mayoría de los abortos clandestinos o fuera de norma son de mujeres mayores a los 20 años”, dijo Ávila Carmona.

El caso de Liz y Víctor es un buen ejemplo. Sus temores ante la idea de la paternidad no derivaron de su exceso de juventud, pues ella tiene 26 años y él 30.“Solemos pensar que quienes se los practican son mujeres jóvenes que no están casadas o que quieren ocultarle su embarazo a sus padres, pero ésa es una creencia, no es más que un mito; ahí entra otra vez la educación sexual”, dijo la funcionaria del IEM.

Pero independientemente de la edad que tenga la mujer que se practique un aborto, los riesgos de afectaciones duraderas o, incluso, la muerte, son los mismos, externó la especialista.
Y es que por lo general, abundó, la interrupción de los embarazos suele darse en establecimientos que carecen de las medidas básicas de higiene, o bien con métodos poco seguros y sin supervisión adecuada.“Generalmente los abortos clandestinos suceden en un medio no hospitalario. (Las mujeres) se toman un té, una pastilla o van a que les hagan un legrado mal hecho en condiciones pésimas y sin certificados, pero todo esto puede generar perforaciones en la matriz o infecciones que hasta el día siguiente llegan a manifestar, y esas consecuencias mal atendidas pueden causar hasta la muerte”.

Por estas razones, si el número de abortos clandestinos es un misterio hasta para los expertos, es todavía más vago el dato sobre cuántas mujeres fallecen a consecuencia de abortos mal realizados.

La especialista dijo que se ha logrado en Nuevo León una apertura paulatina para tocar asuntos de la sexualidad, y tal vez ello esté detrás de la disminución detectada, aunque aún no cuantificada, en los índices de interrupción del embarazo.Una razón principal podría ser que las parejas que deciden sostener relaciones sexuales estan hoy más conscientes de los métodos existentes para prevenir el embarazo, dijo Ávila Carmona.“Si con los estudios que están a nuestro alcance estamos viendo que en relación a los años anteriores va bajando la tasa de abortos, podemos suponer que es por la variable de educación sexual que estamos dando oficialmente, en lo que son métodos de planificación familiar, que es por eso que se están teniendo buenos resultados”.

Liz y Víctor, que a fin de cuentas tuvieron que pedir ayuda a sus familias, viven ahora con el recuerdo compartido de su pesadilla.“Yo sólo les puedo decir a los que se sientan en una situación apretada, o de que nadie los va a entender, que primero busquen ayuda, que un hijo siempre es una bendición, pero que si de plano no lo quieren tener pues que lo piensen bien, y que busquen una opción que no los vaya a perjudicar”, dijo Víctor entre lágrimas.

Efectos

Un aborto tiene sobre todo efectos en la salud física de la mujer, y le acecha el fantasma del síndrome posaborto (SPA). El SPA puede aparecer incluso años después del evento, e incluye sentimientos de dolor, tristeza, culpa o vacío.Así lo dicen especialistas: “Es más fácil sacar al niño del útero de su madre que de su pensamiento”.

Responsabilidad compartida

La sociedad de Nuevo León aún no está bien preparada para aceptar que se despenalice el aborto, como ocurrió hace unos meses en Distrito Federal, pero las sanciones que actualmente establece la ley en la materia deben reformarse. María del Refugio Ávila Carmona, secretaria ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León, dijo que si bien la postura del instituto es de no a la interrupción del embarazo, debe respetarse la decisión que tomen las mujeres que optan por el legrado.
Sin embargo, apuntó, dentro de las modificaciones al código penal del estado debe tomarse en cuenta también la responsabilidad del padre. “Queremos que se visualice que tan responsable como sea la mujer sea también el hombre”, dijo. Y en todo caso, hay que empezar con un estudio que defina cuál es la realidad actual.
Monterrey/Michelle Ramírez
http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=552166

No hay comentarios.: