martes, 4 de marzo de 2008

Discriminatoria

Por: María C. Recio
Publicado el: 04-Marzo-2008
No juguemos con el lenguaje como nos plazca, ni neguemos discriminación cuando la hay.

Aun estando en contra del cigarro, las recientes legislaciones que prohíben su consumo en lugares públicos cerrados, aprobadas en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y en el Senado de la República, provocan escozor.Va por delante la poca tolerancia de quien esto escribe al cigarro, pero de eso a admitir como adecuada la forma en que se prohíbe, hay una gran distancia.Mi poca tolerancia (que a ratos olvido porque el humo del tabaco en baja cantidad hasta me resulta agradable) se debe en mucho por la publicidad alrededor de los efectos que produce el cigarro: desde graves problemas de salud hasta la muerte. Las historias de amigos o conocidos que pasan por dramáticos enfisemas pulmonares ponen a cualquiera la piel de gallina. “Anda para arriba y para abajo con su tanque de oxígeno y cada semana va al San José (el hospital de Monterrey) a curaciones”.Pese a mi escasa tolerancia al cigarro, algunos discursos de quienes defendieron prohibir el cigarro me dejaron atónita. En uno de ellos un senador dijo que la nueva ley no es discriminatoria. ¡Pero resulta que sí lo es! Es evidente que lo es, a las claras. Y además, necesariamente lo es, puesto que discrimina a los fumadores. Que no nos gusten los fumadores es otra cosa, pero es cierto que los hace objeto de discriminación al negarles el acceso, si fuman, a los lugares de convivencia pública. No juguemos con el lenguaje como nos plazca, ni neguemos discriminación cuando la hay.Aceptar que la ley es discriminatoria no quita nada. Al contrario: se permite la tal discriminación, por lo que se considera indispensable por un bien público que se piensa mayor, de nobles propósitos. Y hasta dónde yo sé, el buscar la salud es un noble propósito. La de los fumadores y la de quienes se encuentran a su alrededor.Personalmente, creo que la ley es la mejor alternativa para bajar el índice de mortalidad entre los mexicanos. Pero dudo de las formas para ponerla en práctica; así como en el discurso, así también en la manera de instrumentarla: casi, casi de un día para otro habrá de aplicarse sin restricciones, pero también con muy poco margen de tiempo para dueños de cierto tipo de lugares públicos, como restaurantes o bares, de acondicionar sus espacios.A todos beneficiaría por igual que tanto la Asamblea como el Senado pensaran en idear mejor la estrategia, a fin de que, en verdad, las nuevas leyes no resulten, en este sentido, discriminatorias.Acá, la Universidad Autónoma de Coahuila se une al esfuerzo que ya en el estado se venía aplicando. También habrá que trabajar en la instrumentación. Radica el éxito de la medida en las formas, y entendiendo que aunque no guste a muchos, al fumador habrá que tomar en cuenta. No defiendo el cigarro. Pero tampoco defiendo las formas fascistas de proceder.

Centro Histórico

El anuncio del arreglo de la calle Victoria en Saltillo es un prometedor comienzo para de una buena vez por todas dar arranque a la dignificación del Centro Histórico de Saltillo.Se necesita, además de la propia Victoria, medidas integrales que, como ya se ha señalado en distintas ocasiones, contemplen mejorar las vialidades y el tráfico vehicular. En el Centro Histórico urgen semáforos peatonales. De las necesidades ya hemos hablado muchas veces antes. Ojalá en poco tiempo hablemos de cómo han mejorado las condiciones en esta parte de la ciudad, tan poco visitada por los propios saltillenses que no tienen necesidad de hacerlo, pero a los que vendría bien como simple paseo los domingos u otros días de fiesta. Un lugar que, por otro lado, tiene tantos atractivos de turismo por ofrecer.
http://www.vanguardia.com.mx/diario/detalle/editorial/129909

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