martes, 4 de marzo de 2008

Mafias y extorsión en la cajita feliz

El último vagón del Metro, espacio de la diversidad sexual, se ha convertido en una mina de oro para delincuentes y chantajistas que amenazan a homosexuales y lesbianas con remitirlos al MP.

La cajita feliz, el vagón de la diversidad sexual en el Metro de la Ciudad de México, crece y con él las historias de extorsión de que son objeto mujeres y hombres homosexuales a manos de personal de seguridad del Sistema de Transporte Colectivo; han promovido la presencia de mafias que solapan el actuar de carteristas, vendedores, gays y extorsionadores de todo tipo.

Es el espacio donde a diario concurren casi 5 millones de usuarios.

El testimonio de Martín es muestra de ello. A las 22:30 horas de una noche fue abordado por el conductor de un tren en la Línea 3 del Metro, “me invitó a subirme con él a la cabina”. Antes de llegar a la estación La Raza le pidió que se bajara el cierre del pantalón y le mostrara el pene. En el túnel rumbo a Tlatelolco el conductor explotó: “pinche puto ya te cargó la…”. Le dijo que ahí había cámaras “y que si no le daba dinero se enterarían mi familia y en mi trabajo”.
El joven no se intimidó y el conductor le dijo que no quería volver a verlo en el Metro. Para dejarlo ir le pidió cien pesos. Los dio.

Pero no es el único caso.

Otro es el de Carlos. Los hechos ocurrieron hace tres meses. Lo mismo que en el anterior, pero ahora en la Línea 1. El conductor se lo ligó. Al tercer día ya lo estaba extorsionando, de lo contrario sería remitido al Ministerio Público.El primer caso fue entregado por Manuel Amador del Colectivo de la Diversidad Sexual; el segundo llegó vía correo electrónico.

De la inseguridad existente en el Metro, pero más sobre la presencia del también conocido como el último vagón, donde presuntamente se dan cita gays para la practica de acciones más allá del tocamiento, el director de Medios del STC, Francisco de Souza, negó todo: “si no hay denuncias, no existió el hecho”. Carteristas, secuestro exprés, prácticas gays, nada. No existe nada de eso”.
En su opinión, todos esos comentarios inducen más a hacer una “apología de la violencia”. Sobre los carteristas, llamó a los usuarios a “no ostentar sus valores” y afirmó que “existen como en cualquier transporte y en cualquier parte del mundo”.
Sobre los gays “sí, hay grupos de jóvenes, pero no me consta lo que dicen que hacen, el que quiere ir va y el que no quiera que no vaya.
Yo ni he estado, ni lo he visto”.
Es más, sobre los comentarios que se vierten al respecto, afirmó:

“Todo mundo quiere ser el héroe y dicen puras estupideces”.

Pero la existencia de foros en internet sobre lo que sucede en el subterráneo son bastantes. Uno de ellos cita como referencia la estación del Metro Zaragoza, donde los vendedores tienen su guarida y dice que gozan de fuero: entran sin pagar y fuman en las instalaciones. “Ahora, las bandas actúan con impunidad y escogen a la víctima, dama, niño o caballero, lo apartan, lo amagan con armas blancas o de fuego y los despojan de sus pertenencias”.

Sobre el acoso sexual, una mujer alerta y festeja: “en el Metro son buenos músicos, ¿por qué? Porque siempre me tocan”.En esos foros hay un chiste “mi vida sexual sería nula, si no fuera por los carteristas del Metro”. Por eso del dos de bastos.

De los comentarios sobre el último vagón, un joven afirma: “odio a los maricones que se van besando en el Metro”.
Sobre las mafias: “los vendedores de música pirata… ¡cuanta lana deja a las autoridades! las cuotas de los disqueros, carteristas, vendedores en los pasillos, los vagoneros”.
Otro aconseja:
“cuídate mucho de los carteristas”.
¿Serán puras estupideces?

Acerca de la cajita feliz, autoridades del sistema y representantes de la comunidad gay confirman su existencia.
Pero ambas partes lo miran de reojo.
No niegan que sea verdad, pero afirman que algo hay de eso.

Sergio Villarreal, del Colectivo de la Diversidad Sexual, accede:

“el último vagón es resultado de la cultura de exclusión”.

Dice que el Metro se ha convertido en espacio de ligue.

Un usuario fue víctima de una banda de seis sujetos en el Metro Tacuba. Uno de ellos tocó su mochila y se percató que llevaba una lap top. Le alertó que se recorriera en el andén porque junto a él iba un carterista. Caminó y en otro espacio lo rodearon tres sujetos. Lo cercaron. Se escabulló y fue con los policías de los torniquetes. Nada. No detuvo a los sujetos.

En un foro de Yahoo una mujer extranjera pregunta sobre la inseguridad en el Metro del DF. Hay decenas de respuestas: No llevar reloj de marca o pulseritas caras. Carga la mochila adelante y no viajes de noche. Te agarran las nalgas. No llames mucho la atención. Es más peligroso el Metro de NY. El celular y el IPod atraen a las ratas. Cuando bajas las escaleras te agarran por detrás te encajan un tubo que parece pistola. Recárgate en uno de los costados para que no te torteen. Hay más carteristas en el Metro de París. Cuidado con las machorras. Son las respuestas.
Francisco Mejía

http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=600920&sec=29

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