domingo, 18 de noviembre de 2007

Denuncia CNDH tráfico de mujeres

Más de tres mil mexicanas son esclavas sexuales en JapónDenuncia CNDH tráfico de mujeresPrometen sueldos atractivos, pero allá les quitan el pasaporte y las prostituyen.

En calles de la Condesa y la Zona Rosa enganchan a las víctimas.
18-Noviembre-07

Por lo menos tres mil mujeres mexicanas son esclavas sexuales en Japón, país al que llegaron tras ser secuestradas por bandas internacionales de trata de personas, denuncia la Comisión Nacional de Derechos Humanos con base en estudios de la Organización Internacional de Migraciones y la OEA.



La cifra podría ser mayor, advierte Susana Chiarotti, directora del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, pues la venta de personas se mantiene en ascenso en la región.



El caso de las mexicanas esclavizadas en Japón es grave, reconoce el coordinador del Programa de Trata de la CNDH, Sadot Sánchez Carreño.



“No lo sabíamos, pero ese país es particularmente demandante de mujeres latinas, en especial mexicanas”.



Lo peor es que no se conoce la cantidad real de mujeres esclavizadas ni los sitios donde se encuentran, lo cual dificulta su rescate.



Hasta ahora los únicos datos aparecen en estudios académicos como Trata de Personas: Aspectos Básicos, editado por la OIM, la Organización Estados Americanos y el Instituto Nacional de Migración, entre otros, en el que establece que cada año mil 700 mujeres de América Latina son secuestradas con fines de comercio sexual en Japón.En el caso de las mexicanas apenas comienzan las investigaciones judiciales, añade Sadot.



La Secretaría de Seguridad Pública federal inició las pesquisas, mientras que la CNDH firmó un convenio “con la UNICEF y la ONU para actualizar los datos”.



Las mujeres esclavizadas fueron secuestradas por bandas internacionales de tráfico de personas, señala Susana Chiarotti, y luego vendidas a grupos locales como la Yakuza, mafia japonesa.



“Se las llevan con ofertas de trabajo bastante glamorosas relacionadas con la industria del entretenimiento, para atender un bar o participar en espectáculos artísticos”, explica.



“Prometen salarios muy altos y nunca les dicen lo que en realidad sucede: les retiran el pasaporte y pasan horas y horas encerradas en una habitación sosteniendo relaciones sexuales con decenas de personas”.



En el Distrito Federal es común encontrar carteles en los teléfonos públicos y anuncios espectaculares que ofrecen becas para estudiar o contratos con altos salarios en países como Australia o Japón.

Los mensajes aparecen en zonas de alta concurrencia de jóvenes, como la Condesa o la Zona Rosa.



La trata de mujeres se facilita por la complicidad de las bandas de delincuentes con las autoridades latinoamericanas, como ocurre en México.



“Los proxenetas no podrían prosperar si no tienen algún tipo de protección, cobertura de parte de algún sector de las fuerzas de seguridad”, afirma Chiarotti.



Cada año, según establece un informe de la OEA sobre trata de personas de América Latina, el gobierno de Japón concede unas 120 mil visas de entretenimiento, sobre todo a mujeres. “Las autoridades japonesas se niegan a reconocer la mayor parte de los casos de trata, ya sea porque las víctimas simplemente no reportan este crimen a la policía, o porque si lo hacen se arriesgan a ser procesadas como extranjeros ilegales y deportadas”, dice el documento elaborado por Kanane Tsutsumi, de la Universidad de la Mujer de Kyushu, en Kitakyushu; y Sumiko Honda, del Centro Asiático Femenino de Fukuoka, ambos de Japón.
México. Alberto Nájar


http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=568988

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