Registran anomalías albergues indígenas

Revela reporte de UAM que algunos centros están en zonas de riesgo y carecen de servicios
Por Daniela Rea
Ciudad de México (18 de noviembre de 2007).- Los albergues infantiles de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) se están convirtiendo en centros de riesgo.Una evaluación externa, elaborada por especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana, revela que por lo menos 25 por ciento de estas estancias se ubican en zonas vulnerables a desastres naturales; carecen de servicios; tienen una infraestructura dañada, y sobreviven en situaciones precarias.

En los años 70 se crearon los primeros albergues para menores indígenas, con el objetivo de brindar servicios educativos a los niños de comunidades dispersas, facilitar su acceso a la salud, fortalecer su identidad cultural, y fomentar sus actividades de recreación.

Actualmente se atiende a alrededor de 70 mil menores en mil 80 albergues que son operados por la CDI y la Secretaría de Educación, a través de la Dirección General de Educación Indígena.

La comida es una de las razones principales por la cual los niños van al albergue pero, según el reporte de la UAM, el 20 por ciento de los menores entrevistados dijo quedarse con hambre y padece desnutrición.

"No hay una dieta alimenticia que se implemente al pie de la letra, y la revisión nutricional se reduce -en el mejor de los casos- a la toma de talla y peso, sin hacer los cálculos requeridos para determinar el estado del menor", destaca.

De acuerdo con las investigaciones, los responsables de los albergues se enfrentan a menús y alimentos ajenos a la realidad local.
Por ejemplo, en los cursos de nutrición, impartidos por ley, recomiendan a las cocineras preparar licuado de fresas, aunque el dinero no alcance o ni siquiera conozcan la fruta en la región.
En otras ocasiones, el proveedor no respeta la lista de los alimentos solicitados o los lleva con una semana de retraso, en mal estado, o a punto de caducar.

"De nada sirve que nosotras diseñemos el menú, si de todos modos nos mandan lo que ellos quieren; por eso yo pienso que lo que les damos a los niños no siempre es lo mejor, incluso a veces ni se lo quieren comer", manifestó una cocinera a los evaluadores externos, a cargo de la investigadora Noemí Luján Ponce, de la UAM Xochimilco.

El reporte también ventila la percepción que tienen del albergue los responsables de atenderlo: ir a trabajar es considerado un castigo por gran parte de los maestros, según los testimonios recogidos.

El perfil de los docentes no es determinado por la CDI, sino por la SEP.

"Los bajos salarios, la falta de capacitación y la alta rotación no contribuyen a la profesionalización. El hecho de que el nombramiento como jefe de albergue en comunidades muy apartadas sea visto como castigo por el personal de la SEP, tampoco contribuye", establece el informe.

Esto se refleja en el trato que reciben los estudiantes: el 18 por ciento dijo ser agredido por los adultos.

Ante el crecimiento de escuelas primarias en las zonas indígenas, el estudio recomienda ampliar la matrícula a otros niveles, como secundaria y bachillerato, para no tajar las expectativas de los niños.

La falta de servicios es otra constante.

De acuerdo con el informe, el 80 por ciento carece de agua y algunos de luz y gas.

"No joven, si refri sí tenemos, y está bien bonito, lo que no tenemos es luz pa' echarlo a andar", externó Leandra Velasco, cocinera de un albergue de Chihuahua, entrevistada por los evaluadores de la UAM.

"Batallamos mucho para conseguir agua; hay que caminar mucho y esa es tarea que muchas veces hacen los niños", dijo la responsable de un albergue de Puebla.

"Las sábanas y cobijas tienen más de cinco años; las camas no han sido cambiadas desde la fundación del albergue, otras se sostienen con huacales. Hay bóiler, pero no hay gas", reconoció otra responsable de un albergue de Guachochi, Chihuahua.

Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo
ESTA NOTA PUEDES ENCONTRARLA EN:
http://www.reforma.com/nacional/articulo/828824
Fecha de publicación: 17-Nov-2007