Durante la semana que ha terminado, leíamos notas que dejan percibir la enorme homofobia que sigue asentada dentro de la sociedad, pero sobre todo, los pretextos que algunos encuentran para pretender ridiculizar, la vida y orientación sexual.
El asunto se centró, en una experiencia que vivió un conductor de espectáculos, y un sexo servidor. Del primero no se han cansado de colocar ingredientes para el escarnio, y del segundo, el acento se ha colocado más para satanizarlo. En ambos casos, los ingredientes perversos, que como notas "rosas" circulan en el ambiente, deberán ser temas de profundo análisis, si es que verdaderamente estamos preocupados, por lograr, una sociedad más equitativa y justa, pero sobre todo, con una equidad jurídica para todos, sin que el fantasma de la discriminación siga persiguiendo a todos, por cuestiones de preferencia y ese peso que en ocasiones brinda el estatus.http://www.eluniversal.com.mx/notas/459090.html
Por un lado, tenemos a un sector que pretende linchar, y sobre todo ridiculizar, las preferencias sexuales, de una figura pública, el cual evidentemente ganaría más, si se acepta libremente. Creo que sería muy interesante, dejar de considerar que existen los que pueden decir, qué es bueno y qué es malo, y acabar de comprender, que las sociedades que estamos conformando, parten de un principio fundamental:
Toda sociedad, es conformada por el principal principio: SERES HUMANOS
Y todos los seres humanos, merecen ser respetados.
Por otro lado, tenemos a un sexo servidor, el cual está siendo acusado, entre otros cargos, la de agresión y robo. Delitos que no le permitirían, recuperar su libertad, mediante el pago de alguna fianza.
El factor común de los hechos, nos presenta un mundo de violencia y argumentos que van, desde el engaño que dice la víctima, y el engaño que dice el sexo servidor. Uno alega agresión, y el otro alega legítima defensa. http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=331150
Indiscutiblemente no conocemos la verdad de fondo, que se presenta en los hechos, pero lo que si podemos presumir, ¿es cuánto pesará la fama, y el poder, en lo que debiera ser la equidad jurídica?, pero nos coloca otro tema para discutir, y ese debiera ser el por lo menos documentar qué tan desprotegidos pudieran estar, todos aquellos, que practican el más viejo de los oficios, como lo es proporcionar servicios sexuales, y, también recapitular para analizar si acaso también pudiéramos encontrar ingredientes de auto- homofobia.
Dentro de la red, se escribió el siguiente texto, que de alguna manera, coloca más puntos que pueden ayudar a una mayor reflexión, sobre todo, porque la misma sociedad se ha encargado de colocar etiquetas aceptables y no aceptables, y por ello, muchos seres humanos han preferido ocultar sus preferencias y hasta culminar en matrimonios, que son solamente de apariencias, para con ello, lograr la aceptación y evitar la persecusión:
http://olganza.com/2007/10/31/autohomofobia
Considero que uno de los tantos pendientes sociales, que aún tenemos, es lograr equidad jurídica para todos los casos, para todas las preferencias y para todas aquellas necesidades sociales, que siguen sin atenderse de fondo. No se trata de exculpar de facto, pero tampoco se trata de incriminar, sin antes llegar al fondo.
Resulta que de las notas "rosas", se deja la percepción, de que es mucho más peligroso el sexo, que fumar, plácidamente, un cigarro...
domingo, 4 de noviembre de 2007
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