miércoles, 6 de febrero de 2008

Carta a la opinión pública, de las mujeres despedidas del Instituto de las Mujeres del D.F.

COMUNICADO DE TRABAJADORAS DEL INSTITUTO DE LAS MUJERES DEL DISTRITO FEDERAL


México, D.F. 30 de enero de 2008.


C. MALU MICHER
Directora General del Instituto de las Mujeres del DF


En respuesta a su “Comunicado por despido justificado de 9 trabajadoras”, de fecha 25 de enero del año en curso, mismo que nos hizo llegar por medio de correo electrónico, nos permitimos manifestar lo siguiente:

Como servidoras públicas y trabajadoras del Instituto de las mujeres del DF, entendemos que toda nueva administración conlleva cambios, sobre todo si esos cambios son en beneficio de la institución, de sus trabajadoras, y mejor aún, de sus beneficiarias, las mujeres de la ciudad. Sabemos que en este proceso de transformación, en un espacio que se dice democrático, puede y debe haber oportunidad de disentir, lo cual no implica necesariamente, que exista oposición o resistencia al cambio.

Usted señala que “realizamos” un proceso profundo de planeación estratégica con el propósito de poder lograr los nuevos retos del Instituto. De igual forma, dice que “realizamos” a mediados del año pasado una “reflexión conjunta” sobre la ampliación de los horarios de atención en las Unidades Delegacionales. No sabemos que entienda usted por “realizamos”, por “planeación estratégica”, o por “reflexión conjunta”, pero hasta donde nosotras sabemos se trata de procesos conscientes, participativos, que involucran a las partes de un proyecto.

Desconocemos si en ese “realizamos” se está refiriendo a nosotras, las trabajadoras, ya que si es así, le recordamos que en ningún momento desde que inicio su gestión, hemos sido consultadas o convocadas para participar en un proceso de esa naturaleza. Tal vez la inconformidad que según usted manifestaron muy pocas compañeras, tenga que ver no con su propuesta de trabajo, sino más bien con el desconocimiento de la misma, y con el hecho de que sin saber el rumbo que tomaría el instituto, vimos perderse sus objetivos, entre entregas de vales en lecherías, o de útiles escolares y de uniformes, o realizar determinado número de afiliaciones, utilizando el programa de mastografías, entre otros.
Por tal motivo, le preguntamos: ¿cual es esa propuesta de trabajo? ¿En que documento se expresa? ¿Qué es lo que la hace distinta a la anterior propuesta? ¿Cual es ese nuevo modelo de atención que si no se acata sin chistar nos puede causar en cualquier momento la pérdida de nuestro trabajo?

Usted afirma que hubo muy pocas compañeras, las que ahora están despedidas, que no aceptaron sumarse a la propuesta de trabajo, pero ya que estamos hablando de cantidad, le preguntamos: ¿Cuánto es pocas despedidas y cuantas son muchas? ¿Qué tan pocas son 8 familias, que de pronto se quedaron sin sustento debido al despido de “pocas, muy pocas” trabajadoras? ¿Qué tan pocas son las hijas, hijos, padres, que de pronto se quedaron sin poder contar con los ingresos de las compañeras despedidas?

Consideramos que comete un error al expresar que estas compañeras, las 8 despedidas, tenían baja disposición para trabajar en la construcción de un nuevo modelo de atención, en virtud de que en primer lugar, no podían manifestarse en contra de un proyecto que hasta entonces desconocían, y en segundo lugar, hablamos de trabajadoras con hasta 9 años de antigüedad, entre las que se encuentran fundadoras del propio instituto, mismas que en determinadas ocasiones fueron solicitadas para realizar trabajos especializados, como es la capacitación al personal de nuevo ingreso. Está por demás señalar que las compañeras pueden comprobar su compromiso y su trabajo con las propias beneficiarias, las mujeres con las que durante todos estos años han trabajado.

De igual manera, señala que “en un nuevo proceso de relaciones por construir, sería inevitable la realización de los ajustes que fueran necesarios en beneficio del instituto de las mujeres del DF” y que “teníamos que poner en marcha la maquinaria con una nueva administración”, pero omitió comentar, cuales fueron los mecanismos para la realización de los mencionados “ajustes”.

Lo cierto es que con el proceso de evaluación que dice inicio en junio de 2007, en el cual asegura que “atendió diversas solicitudes de las propias asesoras para ser readscritas de unidad delegacional”, algunas compañeras, de las 16 que tuvo a bien atender, “decidieron” abandonar el instituto, por no convenir a sus intereses, ya que trasladarse de Tlalpan a Miguel Hidalgo, de Tlahuac a Benito Juárez, o de Xochimilco a Cuajimalpa, represento para ellas perjuicios en su situación económica, personal y profesional. Algunas otras compañeras, tuvieron que aceptar el cambio de adscripción delegacional, porque, como usted bien sabe, son jefas de hogar y no podían quedarse sin medio de subsistencia, aun cuando dicho cambio las perjudicara.

Efectivamente, hubo una compañera que decidió no aceptar el cambio de adscripción, porque nunca lo solicito. Araceli Cortes, a quien nosotras designamos como Secretaria General del Sindicato Independiente de Trabajadoras del Instituto de las Mujeres del DF (SIINMUJERESDF), ella continuó acudiendo a su lugar de trabajo, en el cual se le negó la entrada, y es por ese motivo que actualmente es una despedida más del instituto.

Y ya que hablamos del SIINMUJERESDF, queremos manifestarle que nuestro sindicato es el resultado de un proceso organizativo, que surge principalmente como respuesta a la inestabilidad, inseguridad y violencia laborales que vivimos en la institución, a pesar de nuestro “nuevo estatus laboral”. Y el hecho de que usted no lo reconozca, ni a nuestras autoridades, no quiere decir que no exista.

Continuando con las “muy pocas compañeras que manifestaron su inconformidad con su propuesta de trabajo” permítanos recordarle que en este “nuevo proceso de evaluación” en el que dice resultaron seleccionadas 8 compañeras, también omitió mencionar a las compañeras que se encontraban en su lista de inconformes pero que no pudo despedir, por encontrarse en estado de embarazo o en permiso por maternidad. Así que si sumamos, a las compañeras que se “fueron” por decisión propia, por considerar que ya no compartían los objetivos del instituto, más las que se “fueron” con el cambio de adscripción, mas las coordinadoras delegacionales, a quienes también les pidió su renuncia, el resultado es que ya no somos tan pocas las inconformes.

Como usted, creemos en la importancia y trascendencia de la ejecución, consolidación y aplicación de la Ley de Igualdad Sustantiva y la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el DF. Porque somos parte de este proceso de reconocimiento de derechos de las mujeres, como trabajadoras del instituto, como mujeres y como servidoras públicas, y en este sentido, coincidimos con el Jefe de Gobierno, quien ha señalado que “…desde que entramos al gobierno nos planteamos que para construir una ciudad en la que haya equidad hay una condición indispensable, que es la equidad de género. En todo lo que estamos haciendo partimos de ese supuesto, si no, no vamos a poder alcanzar una ciudad con las características que quisiéramos…Si nosotros toleramos la violencia, sea cual sea, sea institucional, sea docente, sea en la comunidad, ¿qué es lo que nos está ocurriendo? Primero estaríamos aceptando una inequidad muy profunda que nos enfrentaría ante un problema ético, porque ¿cómo hablaríamos de equidad? si estamos tolerando una inequidad tan grande…O sea no tolerar ningún género de violencia en contra de las mujeres; crear una estructura que nos permita protegerlas, porque hoy en día los procedimientos son interminables e ineficaces a más no poder, …queremos construir una ciudad donde haya equidad, respeto a las personas, a sus derechos y tenemos que pensar en que no haya violencia en contra de las mujeres. Es un requisito, es un punto medular.”
[1]

Como defensoras de los derechos humanos de las mujeres, en efecto, estamos en contra de cualquier acto de violencia que se ejerza en su (o en nuestra) contra, por ello consideramos, que nuestras compañeras despedidas injustificadamente, fueron violentadas en sus derechos y siendo congruentes con nuestro decir y actuar, no lo podemos tolerar, por lo que aprovechamos este espacio para unirnos y apoyar su demanda de reinstalación, independientemente de que ciertamente, ellas han acudido ya a las instancias legales competentes.

Le agradecemos que se haya comunicado con nosotras, pero le aclaramos que ello no despeja nuestras preocupaciones y temores, ya que aun tenemos dudas sobre los procedimientos mediante los cuales nuestras compañeras fueron despedidas, porque consideramos que manifestar una opinión no debe ser una causa para despedir a nadie, continuamos sin conocer su propuesta y cual es el papel que como trabajadoras jugamos dentro de “su nuevo proyecto”. No pretendemos en lo absoluto impedir o ser obstáculo para el avance del instituto de las mujeres del DF, no nos negamos a los cambios, siempre que estos no desvirtúen los objetivos del mismo, sino que efectivamente sean para mejorar los servicios de atención a las ciudadanas, con la calidad y calidez a la que usted hace referencia.


Trabajadoras Afiliadas al
Sindicato Independiente de Trabajadoras del Instituto de las Mujeres del DF.
[1] Palabras del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, durante la presentación de la Iniciativa de Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Distrito Federal, en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento Miércoles, 26 de septiembre de 2007.

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