martes, 26 de febrero de 2008

SOCIALDEMOCRACIA ES: NUESTRO DERECHO A DECIDIR

Discurso del Dip. Jorge Carlos Díaz Cuervo
Partido Alternativa Socialdemócrata
26/02/08

El día de hoy, no votaremos en pro o en contra de los espacios 100% libres de humo de tabaco.

No mal informamos, no construyamos discursos a partir de mentiras.

La Ley para la Protección de los No Fumadores data del 2003 y nosotros, en este mismo espacio, el pasado 2 de octubre, la reformamos para garantizar los espacios 100% libres de humo de Tabaco.

Ese 2 de octubre no solo voté a favor, sino que argumenté desde esta misma tribuna las razones por las que se debe proteger el derecho de los no fumadores a ambientes y atmósferas sanas. Hoy ratifico lo expresado entonces.

Lo digo enfáticamente, estoy a favor de los espacios 100% libres de humo de tabaco.

Pero ese no es el tema a debate el día de hoy.

Insisto, se falta a la verdad cuando se dice que hoy “una mayoría” votara a favor de espacios 100% libres de humo, y “unos cuantos” nos opondremos.

No, lo que el día de hoy estamos votando es la existencia o no de espacios para fumar. La existencia de áreas específicas y acondicionadas para fumar, o su prohibición.

Me pronuncio a favor de que existan. Me pronuncio a favor de que existan sin menoscabo de que también existan los espacios 100% libres de humo. Ambos espacios tienen razón de existir, de co-existir, porque la razón de esa existencia está en una realidad que no podemos desconocer por decreto: el consumo de tabaco es una actitud lícita en el país, y mientras eso no cambie, millones de personas seguirán consumiéndolo.

Me pronuncio a favor de que existan áreas para fumadores porque respeto y reconozco el derecho a decidir de las personas, porque entiendo que el consumo de tabaco es un placer, antes que una adicción. Porque para mi, un fumador es una persona, no un adicto o un enfermo.

Me pronuncio a favor de que existan áreas para fumadores porque valoro la tolerancia y el respeto a los demás, por encima de mis propios intereses. No fumo, me molesta el humo del tabaco, pero ese soy yo ¿y quién soy yo para imponer mis gustos y molestias sobre otra persona a la que fumar le produce placer? Compañeros y Compañeras
¿quiénes somos para imponerle a otros nuestros gustos o disgustos?

Me pronuncio a favor de la libertad. Si, de la libertad de las personas para decidir como vivir. No creo en un Estado que limita o reprime libertades, nada lo justifica. El pensamiento liberal no deja dudas al respeto, “el papel del Estado es garantizar esa libertad, nunca restringirla”. Como escribió ayer Jesús Silva-Herzog Márquez, el papel del Estado no es ser “nana de las buenas costumbres”.

Dicho lo anterior, voy a exponer las razones por las que votaré en contra del dictamen a discusión:

Primero.- Lo dije ayer en Comisiones, se comprometieron a modificarlo y no lo hicieron.
En la exposición de motivos se dice
“que prevalece el derecho a la salud sobre el derecho a la búsqueda de un placer que daña”.
No estoy de acuerdo, esa afirmación parte de una fisión supremacista y jerarquizante que pretende ubicar a la salud por encima del goce y disfrute de placeres, es decir de la vida
. Sorprende que un grupo de personas, como éste, que goza con mucha frecuencia de los placeres de la vida, me consta, (y que hacen daño a la salud) suscriban un Dictamen que parte de una premisa tan puritana.

Segundo.- Votaré en contra porque el objetivo del dictamen no es solo la protección a los no fumadores, sino, y cito…”que los fumadores dejen de tener ese hábito”:
¿quiénes somos para decidir entre hábitos buenos o malos?
Estoy en contra de que se afirme que el consumo de tabaco es una adicción, porque, aunque esto fue retirado del Dictamen, refleja el ánimo detrás de las reformas.
Me opongo a votar favorablemente un dictamen que se vende como lo que no es, que esconde sus verdaderos objetivos que son: a) Combatir un hábito malo y b) Estigmatizar a los fumadores como adictos.

Tercero.- Votaré en contra de un dictamen que propone prohibir no regular. No me gustan las prohibiciones, menos viniendo del Estado y respecto de los hábitos de las personas (sean buenos o malos). La palabra se repite decenas de veces en el dictamen, se conjuga hasta abusar de ella. Nuevamente, creo, estoy convencido, que la razón de ser del Estado moderno es regular, normar la convivencia entre diferentes, no es prohibir ni restringir libertades.
Mucho menos pretender imponer un “modelo de vida” que se apegue a criterios sanitarios.
Se llega incluso al extremo de establecer sanciones a quien permita o tolere que se fume en lugares prohibidos. ¿Qué es eso? ¿La tolerancia es delito?. Si este dictamen se aprueba, ¡aguas!, todos seremos potencialmente infractores en la medida en que no persigamos a los fumadores para remitirlos, para encarcelarlos.

Cuarto.- Se acaba de aprobar en el Senado la Ley para el Control del Tabaco.
Su artículo 27 establece la obligación de que en lugares con acceso al público existan zonas exclusivas para fumar, que no alteren los espacios 100% libres de humo.
El espíritu del Legislador Federal es claro, incluyente, tolerante y respetuoso de fumadores y de no fumadores
. Busca armonizar, no dividir, expirar o modificar hábitos. No juzga ni enjuicia a los adictos al placer de fumar, no los estigmatiza.
Si no modificamos el dictamen sustancialmente, estaremos avalando un choque de normas. ¿a quién deberá hacer caso un particular? ¿al ordenamiento federal que le obliga a tener arreas exclusivas para fumar, o al ordenamiento local que prohíbe la existencia de esas áreas?
Si no modificamos sustancialmente el dictamen, llevaremos a la sociedad a un litigio, generaremos incertidumbre y contribuiremos a la polarizaciòn de las posiciones.
¿para qué? ¿por qué radicalizamos cuando hemos sabido, en temas también difíciles, buscar el justo medio, con mesura, prudencia y sobre todo, escuchándonos y escuchando a los demás?

Finalmente.- En un último esfuerzo por provocar alguna reflexión en ustedes:
Un régimen totalitario como el del General Franco en España, prohibió a las personas reunirse en espacios privados, con más de tres personas.
Prohibió también que se accediera a misa en manga corta o con “vestimenta inapropiada”. O que las personas se exhibieran en playas o albercas sin bata o albornoz.

Señores y Señoras, no olviden aquella consigna “Prohibido Prohibir”

Hoy prohibirán a las personas fumar en cualquier sitio que no sea sus casas o en las banquetas. ¿Qué sigue?

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