Consolidan casa de atención para sexoservidoras de la tercera edad

Por: Notimex Ciudad
Jueves 14 de Febrero de 2008
Dos años bastaron para que una veintena de mujeres que dedicaron los mejores años de su vida al sexo servicio demostraran que cuando se quiere se puede, y que hoy rinde frutos la confianza que mostraron en ellas al dotarlas de un hogar.Son mujeres que en ese ejercicio vieron agotar su cuerpo y que desde 2006 habitan la casa Xochiquetzal (flor hermosa, en lengua náhuatl), un inmueble en el barrio de Tepito del Distrito Federal, donde encontraron alimento, cobijo y capacitación en actividades productivas.

Sexo servidoras en edad avanzada, "consideradas toda su vida como prostitutas, rechazadas por la sociedad e incluso por sus familias, porque han vivido en la calle", comenta Beatriz Santamaría, directora de Fomento del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal.

Un grupo que vivió la estigmatización y que con apoyo de instancias de gobierno y de la sociedad civil superó la situación de abandono en que vivía, y ahora aporta recursos para mantener el inmueble, asignado en calidad de Permiso Administrativo Temporal Revocable, a través de Semillas, Asociación Civil.Esa asociación se encarga de la administración y de regular los ingresos una vez que comprueba que la aspirante cumple los requisitos: ser mayor de 65 años y carecer de apoyo externo para su manutención.

"Hay un reglamento para ingresar, privilegiamos a mujeres que no tienen dónde refugiarse, dónde dormir, mujeres sin apoyo familiar o de otra persona que las pueda ayudar", agrega Beatriz y explica que en esa tarea cuentan con respaldo de diversas instancias.
El sistema para el Desarrollo Integral de la Familia proporciona los tres alimentos diarios a las antiguas sexo servidoras, el Instituto otorga un financiamiento anual para el pago de servicios, miembros de la sociedad civil donan productos básicos y de higiene personal.
En talleres las mujeres se capacitan en proyectos sustentables, labores manuales y de artesanía como joyería de fantasía cuya venta les genera ingresos con los que cubren parte de sus necesidades y colaboran en la manutención de la casa.
También se incluye apoyo psicológico y asistencia médica, y las mujeres corresponden con trabajo en las comisiones que organizan las tareas en los talleres, las labores en la cocina o de limpieza, pues consideran que se trata de su propia casa y quieren que salga adelante, indica la funcionaria.

Por el momento preparan a un grupo de 30 mujeres para ingresar a la casa, acondicionada con habitaciones para albergar a un máximo de 50 personas con las comodidades y atenciones que requieren.
Beatriz Santamaría considera que la complejidad que representa un proyecto de esta magnitud, lo hace inviable para abrir nuevos espacios similares en otros puntos de la ciudad:

"no solo es darles comida y un lugar donde dormir, ellas necesitan atención integral".

El factor de los recursos económicos es otra limitante para aplicarlo en otras demarcaciones, pues para rehabilitar y acondicionar el edificio, el gobierno capitalino cedió el inmueble más una partida superior a los dos millones de pesos.

Ahora, los esfuerzos están enfocados a "fortalecer el modelo de atención, en consolidar la casa como un verdadero proyecto de atención a ese sector de la sociedad que por mucho tiempo ha permanecido en el anonimato y la discriminación".

Hoy la casa se convierte en una opción para que estas antiguas sexo servidoras puedan pasar tranquilamente los últimos días de sus vidas, señaló Beatriz Santamaría.

La naturaleza del trabajo sexual y la falta del reconocimiento como tal, no permiten conocer cifras exactas de quienes ejercen la actividad.

Hasta junio de 2007, el legislador perredista Juan Bustos, calculaba que unas 40 mil mujeres ejercían el oficio en la Ciudad de México.

La cifra contrasta con las de la investigadora Teresa Ulloa, presidenta de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, quien en 2006 estimaba en 200 mil el número de sexoservidores en el DF, de ellos 150 mil mujeres.
vms
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