lunes, 25 de febrero de 2008

VIOLAN EN CHIAPAS DERECHOS HUMANOS DE MIGRANTES

Fuente:
EL UNIVERSAL México
"La paga al final la decide el patrón"
TAPACHULA, Chis.— No existen las reglas, los horarios, los derechos, la dignidad humana y menos las garantías.
Pero en la finca y sus alrededores, reina un silencio resignado y hasta agradecido.
Pocos jornaleros guatemaltecos se atreven a cuestionar las condiciones de trabajo en las fincas chiapanecas.
"Cobramos hasta que termina el corte y puede ser el precio del contrato o el que decida al final el patrón", explica Rey Pérez al separar granos.
Asegura que el trabajo en México es mejor que en Guatemala, porque "dan comida y un precio más alto".
Pero su condición de migrantes los hace mucho más vulnerables en México que en su país.
Así, la falta de pago o incumplimiento del precio acordado son las quejas que más llegan a la oficina de Francisco Aceves Verdugo, coordinador del grupo Beta, en Tapachula, Chiapas.
Ese es el pan de cada día en las grandes explotaciones de café chiapanecas, pero la denuncia y la resolución de conflictos a favor del migrante son mucho menos frecuentes.

Las autoridades federales ni siquiera llevan el registro estadístico de los casos que atienden.
En Casa Roja, del Instituto Nacional de Migración, se cuenta con un padrón de finqueros.
Del lado guatemalteco el Ministerio del Trabajo lleva un registro de las fincas que "han violado los derechos laborales y humanos" de los trabajadores, pero no hace nada al respecto.
Por lo general, los trabajadores defraudados encuentran mayor apoyo en la parroquia local que los canaliza a Derechos Humanos.
"Nos buscan porque no tienen apoyo de otros lados, la autoridad lamentablemente es parcial", expone el padre Joaquín Walls.
"Tenemos migrantes que no conocen sus derechos y a empleadores explotadores que abusan de ellos", describe Mauricio Farah, quinto visitador de la CNDH.Y remata: "Este círculo vicioso termina con una autoridad omisa. Eso ha sido así durante décadas

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