martes, 12 de febrero de 2008

NI SOMOS AVES NI SOMOS DELINCUENTES...SOLO SERES HUMANAS Y HUMANOS

Por desgracia el éxodo que muchas y muchos mexicanos tienen que hacer por la homofóbia en México, es un hecho.

El caso de Enrique Villegas, de origen sinaloense de 35 años quien pidiera asilo político como parte de la comunidad gay argumentando de que temía por su vida en México. Fue rechazado. A su regresó en el 2003 año en que regresó a México al poco tiempo fue asesinado por su condición sexo afectiva.

Casos así son miles e historias de falta de oportunidades y crecimiento debido a la condición sexo afectiva en México es real, otro caso es de un chico que estudia la preparatoria el cual fue reprobado por un profesor por el hecho de ser gay, el chico quien se esforzó todo el año para aprobar sus materias de acuerdo a su capacidad intelectual fue reprobado por su condición sexo afectiva, y así miles de chicas y chicos se enfrentan al escrutinio publico de compañeras y compañeros de clases quienes son mordaces en sus ataques al grado de violar o hasta matar a sus compañeras y compañeros de clase por su condición homosexual.

Lo que me recuerda que yo fui uno de esos chicos, cursaba el tercer grado de primaria, yo ya sabia que me gustaban los niños, lo supe siempre, pero no me juntaba con ellos porque me molestaban y las niñas, pues la niñas también, ese flanco lo tenia bien controlado porque al retirarme de todas y todos ellos ya no pasaba nada “eso creía yo”, pero lo peor era el asedio constante de mis “misses”, profesoras de poca profesión, la peor de todas una tal Miss Martha una mujer muy bella, ojos azules, piel blanca, facciones finas, pero una verdadera inquisidora. Una de las 3 directoras de la escuela “Instituto Hispanoamericano Nicolás Bravo”, la tortura no solo me la aplicaba a mi sino también a mi madre, a quien la hacia llorar constantemente diciéndole que yo era un mariconsito, desde entonces y hasta que termine mi carrera en la Universidad LaSalle sufrí discriminación, en los últimos años de escuela (prepa y universidad), solo tuve problemas con una profesora que me discriminaba trabajaba o trabaja para un reconocido despacho de contadores públicos de los mas importantes y grandes, pero mis compañeros varones, varios me hicieron la vida de cuadritos, y sin embargo termine mis estudios, pero esto no sucede en todos los casos yo tuve siempre el apoyo de mis padres, hermanos y familiares, de amigos y amigas entrañables lo que me hizo tener un cierto escudo pero el principal motor es el llegar a ser.

En la mayoría de los casos aunado a la discriminación por la sexo afectividad diferente a la heterosexual, se suma la pobreza material, lo cual hace que muchas de la veces muchos chicos gays pierdan la oportunidad de estudiar o terminar sus estudios, fue el caso de un amigo diseñador de modas quien fue expulsado de la universidad que alberga a tecolotes en Guadalajara Jalisco, por ser homosexual, el quería ser diseñador gráfico.
Y en el ámbito laboral las cosas no cambian mucho para nosotras y nosotros, ahora se dice que la ciudad de México es Ciudad Amiga Gay, lo cual no es cierto, la hostilidad por parte del gobierno del Distrito Federal y en específico del Jefe delegacional en la demarcación Cuauhtemoc cierra los espacios de convivencia de la comunidad LGBTTT, homofóbico de antaño arremetido todas sus fuerzas para aniquilar de la Zona Rosa a las personas homosexuales.

La enuncia ha sido sistemática pero nadie pone atención, las denuncias realizadas no son de impacto mediático para Marcelo E. Y sus secuaces.

Que la historia los juzgué por sus hechos ya nosotros y nosotras por lo que permitimos que sucediera.

C.L. Rodolfo Vitela Melgar.
Por la conquista de todos nuestros derechos.


Fuente: LA JORNADA
Comunidad gay, intolerancia y exilio
Toronto es, además del centro financiero de Canadá, una perla de la vida cosmopolita, plural y tolerante. Al menos, tiene la fama. Por eso, miles de homosexuales, lesbianas y transgénero de todo el mundo buscan huir de la discriminación y la violencia contra la diversidad sexual en sus países. En el caso de los mexicanos, hay historias de peticionarios de asilo que tuvieron éxito, historias en las que la moneda está aún en el aire y otras historias que tuvieron un trágico fin.
La historia de Martina Cordero y Alfredo Serrano es de las primeras. Ella es transgénero. Él, su pareja, era reportero en una oficina de prensa de una corporación policiaca en México. Cuando sus compañeros supieron de su opción sexual y su relación con Martina, su vida se convirtió en un infierno por el chantaje al que fueron sometidos. Tuvieron que pagar sumas cada vez mayores para evitar ser agredidos. Hasta que pidieron y obtuvieron asilo en Canadá.
Leo Zúñiga es de los que tienen su vida pendiente aún de la resolución de la Junta de Inmigración Refugio. Las múltiples organizaciones de derechos gays en Canadá han lanzado una fuerte campaña con el lema "Let Leo stay".
Su defensa no es fácil. La mayor parte de los gays mexicanos que solicitan asilo en Canadá son rechazados porque, según consta en un boletín de la junta, "México es un país cada vez mas tolerante con la diversidad sexual". Pero cientos de hombres y mujeres jóvenes que viven aquí saben, porque lo sufrieron en carne propia, que no es así.El caso de Enrique Villegas es su argumento más fuerte. Este sinaloense de 35 años vivió siete años en Vancouver. Pidió asilo como parte de la comunidad gay con el argumento de que temía por su vida en México. Fue rechazado. En 2003 regresó a México sin esperar a ser deportado. Preparaba una apelación ante las autoridades canadienses para que reconsideraran su negativa. El 7 de abril fue encontrado su cuerpo sin vida en el departamento en que vivía en la ciudad de México.

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